Asuntos de familia
Afinales de julio de 2007, los policías de una comisaría de Bhagavanpur, en el estado de Bihar, India, conversaban con un niño de ocho años, quien se mostraba muy sonriente y que, en cuanto veía vacío el galletero, pedía que lo reabastecieran.
Los uniformados estaban desconcertados, pues nunca habían tenido frente a ellos a un presunto homicida de tan corta edad. Amarjeet Sada fue detenido como sospechoso del asesinato de una niña de seis meses de edad, a la que se identificó como Kushboo.
La menor desapareció de una escuela primaria. La investigación de los agentes apuntó de inmediato hacia Sada, quien admitió, sin remordimientos, que él la había estrangulado para después golpearla con un ladrillo.
De no ser porque Amarjeet Sada condujo a las autoridades hacia el lugar donde enterró el cadáver, posiblemente nadie hubiera creído que el niño fuera capaz de una acción como la que confesó.
Pero había más: Sada explicó que en 2006 mató a su sobrina de seis meses y a su propia hermana, de ocho meses. Cuando los agentes preguntaron por qué lo había hecho, el niño se limitó a sonreír y a pedir unos bisquets.
Cuando se inquirió a los familiares del menor acerca de los asesinatos y si habían participado en alguno de ellos, uno de los tíos negó cualquier tipo de complicidad, aunque aceptó que varios dentro del clan sabían de los delitos, aunque prefirieron callar, pues se trataba de “asuntos de familia”.
Losespecialistasqueestudiaronelcaso,concluyeron queSadapadecíaundesordendeconductaqueleimpedíadiferenciarelbiendelmal.Tambiénindicaronqueel niñoeraunsádicoquedisfrutabadañaralaspersonas.
Para Dorothy Lewis, profesora de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, “el generador más poderoso de la agresión en los seres vivos es el dolor... Los animales que han sido torturados y los niños que han sido severa y repetidamente abusados a menudo se vuelven extremadamente agresivos, desarrollando patrones de conducta agresivos”, señala.
De acuerdo con las leyes de India, un menor infractor no puede ser encarcelado ni condenado a muerte. Sada, al parecer fue remitido algunos años a un centro tutelar infantil y fue liberado en 2016, al cumplir 18 años.