¿De verdad hay menos pobres?
Los discursos políticos dicen que se ha reducido la pobreza en todo el estado, en todo México; pero esto, ¿es verdad? Porque como dice el refrán, “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
La percepción de la población y, sobre todo, el bolsillo de las familias, no dice lo mismo. Y lo podemos ver con este regreso a clases, que si bien cada año es un gasto que se tienen que hacer, parecer ser que este año pesa más.
Son varios factores que pueden intervenir: primero, la inflación de la que tanto se ha hablado en los últimos meses; también que no es lo mismo el costo de útiles escolares y uniformes en 2019, antes del año de la pandemia, que hoy en 2022. Y a eso le agregamos que muchas familias se quedaron sin ingresos por pérdida de empleo o hasta por gastos que tuvieron que hacer para afrontar la pandemia.
Además de los útiles escolares, que por cierto ya dejaron de ser los básicos y hoy en día la lista tiene peticiones que caen en lo excesivo, hay que agregarle gastos para evitar contagios de covid-19, desde gel antibacterial, cubrebocas, desinfectantes y otros más. Todo eso en la lista hace mayor el gasto de las familias que tienen a sus hijos en las escuelas.
Hace unos días, MILENIO Tamaulipas
publicó la historia de un niño que se conmovió por recibir útiles escolares. No hablamos de juguetes, ropa, un viaje, no; son los artículos que le habían pedido en la escuela para usar en sus clases.
Y se emocionó hasta las lágrimas debido a que, a pesar de todos los esfuerzos, él y su mamá no lograban surtir toda la lista de útiles escolares. La familia se acercó a los regidores y uno de ellos tuvo la atención de ayudarlos y qué bueno, porque para eso están, para atender las necesidades de la población que votó por
No sé de qué país hablan las autoridades, porque la realidad de las familias
es otra
ellos.
Pero esta es una de tantas historias que existen y de las dificultades que tienen los padres de familia para lograr que sus hijos vayan a la escuela.
Así que eso de que la pobreza ya es menor, no sé de qué país hablan las autoridades, porque la realidad de las familias es otra.