Decidí triunfar
Después de esperar tanto, un día como cualquier otro, ¡decidí triunfar! Decidí no esperar las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, ver cada noche como un misterio a resolver y ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Ese día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en ellas está la única y mejor forma de superarnos; ese día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era el mejor y que quizá nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir, que el mejor triunfo que puedo tener es el derecho de llamar a alguien: amigo. Y descubrí que el amor, más que un simple estado de enamoramiento, es una filosofía de vida.
Ese día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia luz de este presente, aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Y decidí cambiar tantas cosas. Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde ese día ya no duermo para descansar, ahora solo
Con un letrero sosteniendo con sus brazos mientras toca la flauta dulce, un joven invidente instalado en la peatonal Díaz Mirón pide una moneda a las personas que transitan por el lugar, esto en ayuda para sostener a su familia que lo espera en casa. duermo para soñar. Walt Disney. Amigo lector: convénzase que una vida sin objetivos no vale la pena vivirse, que al tiempo inevitablemente cada quien se convierte en lo que desea llegar a ser, y que utilizar el potencial con el que cuenta es una decisión absolutamente personal. Deseche su temor al fracaso y evite la indecisión. Es hora de asumir riesgos y de atreverse a triunfar. Acepte que el éxito no es casualidad, que los buenos resultados no llegan por sí solos y que la perseverancia es el camino que conduce al éxito. De usted depende ser el dueño de su vida o la sempiterna víctima de la suerte y sus circunstancias. Usted elige.
Decídase a ser exitoso, que para triunfar no necesita de milagros sino de comprometerse consigo mismo y entregarse plenamente desde el principio hasta el final.
No renuncie ni se desanime, sea un triunfador, o al menos inténtelo. ¿Qué opina?
No renuncie ni se desanime, o al menos
inténtelo