La violencia a ras de pueblo
Siguiendo la voz de los expertos, las reporteras de El País, Carmen Morán Breña e Isabella Cota, han dibujado en un reportaje la nueva violencia ubicua, la violencia a ras de pueblo, que azota a México.
Su conclusión: “Los días en que el crimen organizado se concentraba en el narcotráfico quedaron en el pasado. Muchas organizaciones cambiaron su empuje delictivo nacional para situarse en el negocio de la extracción de rentas sociales”. https://bit.ly/3S21PLt.
El cambio, según Guillermo Valdés, ex director del Cisen, empieza con Los Zetas, el grupo de ex militares de élite que creó la más temible banda del narco.
Los Zetas controlaban ciudades obligando a los delincuentes de cada plaza a trabajar para ellos en el nuevo negocio: el cobro de piso.
“El asunto no ha hecho más que perfeccionarse”, dice Valdés. “Cuando uno compra en un tianguis un kilo de limones o de aguacates no sabe cuánto de su dinero se empleará en pagar el piso”.
Laura Atuesta, especialista del CIDE, ve aparecer el fenómeno en los ámbitos más inesperados:
“Últimamente pasa algo en Guanajuato, ya van dos luchadores muertos o desaparecidos, los levantan en la misma arena. Es un mundo de apuestas y mucho dinero, quizá sea por eso”.
Valdés consigna la existencia de “crímenes pagados a 100 pesos o extorsiones a indígenas huicholes”.
Es, dice ,“lalumpenización del crimen ”. El cobro de piso grava a la economía popular, dice el veterano analista de las drogas Luis Astorga. Suben los precios del consumo básico, de las tortillas, del pollo, del aguacate, del limón.
Según Stephen Woodman, analista de Ais Intelligence: “Estamos viendo un alejamiento de la extorsión a vendedores en mercados para buscar directamente a sus proveedores”.
“Es así como se está metiendo el crimen organizado en el retail (menudeo)”, explica Alejandro Schultman, presidente de la consultora Empra.
“Todos quieren cobrar su parte”, dicen
Morán y Cota, y su parte “en muchas ocasiones no es más que el reparto de la miseria”.
Para Laura Atuesta estamos en una guerra del inframundo social, cuyos muertos no le importan a nadie: son pobres los que extorsionan y matan, pobres los extorsionados y los muertos. La violencia a ras de pueblo.
“Crímenes pagados a 100 pesos o extorsiones a indígenas huicholes”