Milenio Tamaulipas

El abuelito con quien casi chocaba…

- GABRIEL RUBIO freedompsi­coterapia@yahoo.com.mx

Días atrás mientras manejaba, tuve que frenar de forma intempesti­va porque un taxi se pasó el alto; el conductor se frenó también de golpe sin mayores consecuenc­ias.

Y en eso me percato de que se trata de un señor de avanzada edad, que tenía en su rostro una expresión de angustia, al darse cuenta de que estuvo a punto de provocar un accidente.

Con la mano le hice una señal tranquilam­ente de que continuara su camino y le cedí el paso. Pero me quedé muy pensativo y preocupado, y con la imagen de la cara acongojada del señor en mi mente.

Segurament­e se hallaba cansado de trabajar, vaya Dios a saber bajo qué presiones o pendientes, y probableme­nte esa misma tensión disminuyó sus reflejos o se distrajo, como a cualquiera nos pasa.

Pero pensé también en esa sensación ambivalent­e: por una parte, me da gusto ver que

mayoresdis­frutar las personas tengan el ánimo de laborar y mantenerse activos; pero también considero que es muy triste, que después de tantos años de trabajo y de esfuerzo, muchos no puedan tener la tranquilid­ad de disfrutar serenament­e de su retiro. Porque su pensión no les alcanza o porque incluso no tienen ingresos fijos.

Pensé en la ingratitud que en ocasiones puede impregnar a sus hijos o nietos, en la injusta administra­ción pública de nuestros gobiernos. Recienteme­nte celebramos el día del abuelo; algunas personas solo mediante festejos le dedican tiempo a sus viejos; quizá los llenan de regalos, tal vez les mandan un mensaje.

Pero si pudiéramos pensar cuál es el mejor regalo que pudiéramos darles, considero que sería una reflexión profunda y un cambio de actitud. Para tenerles mayor considerac­ión, para ayudarles a construir un futuro más digno; que les permita poder levantarse día tras día, sin la angustia del qué comeré y del qué vesdetiré.

Que puedan vivir una jubilación que signifique tiempo para descansar y para viajar, con prestacion­es justas, y no para que le tengan que seguir exigiendo a su cuerpo cada vez mayores esfuerzos para llevar el pan a la mesa.

El mejor regalo será, sin duda, una sociedad mucho más considerad­a y mucho más humanizada, agradecida con quienes nos han dado tanto: nuestros viejos. No los dejemos solos.

Es muy triste que muchos no puedan serenament­e su retiro

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico