Conociendo a John Williams
En un texto que va más allá del sensacionalismo se busca obtener una lección, a veces solemnizando sus palabras. Pero el autor no pretende siempre decir más de lo que escribe, es solo el acontecer sin ningún trasfondo. Hay dos formas de interpretar lo anterior: simplistamente o intuyendo que la profundidad no requiere atavíos.
John Williams (1922-1994) como otros muchos autores no comenzó su carrera escribiendo novelas. Se inició en el periodismo, luego se enlistó al ejército durante la Segunda Guerra Mundial y después continuó sus estudios. No requirió acudir a universidades prestigiosas ni de otros prodigios aparte de su talento para publicar. Ganó el National Book Award en 1973 por Augustus, aunque años antes publicó Stoner, que le dio renombre.
Con rasgos autobiográficos, el último título cuenta la vida de un docente que enseña literatura. Su éxito lo posicionó como best seller en aquella época. William Stoner nace en el seno de una familia pobre, pero que aun con todas las limitaciones propias de la miseria, tiene acceso a la educación.
Stoner no juega a ser Dios, asumiéndose un hombre promedio, mortal y remplazable. Deslindado anhelos y pretensiones, pierde el miedo al fracaso y queda libre del atavismo que supone tener éxito. Advirtiendo que, las cosas que le pasan en general, él contribuye a que le ocurran. “Una gema injustamente olvidada”, describe el crítico Nick Hornby a esta pieza, y sí, aunque cuando algunos la recuerdan le hacen justicia.
No requirió acudir a universidades prestigiosas ni de otros prodigios aparte de su talento para publicar