Milenio Tamaulipas

Iba por México

La imagen de 45 segundos que se ha hecho viral en las redes, en la cual el secretario de Gobernació­n abraza a Alejandro Moreno y le dice al oído Dios sabe qué cosas, se ha convertido en el símbolo de la ruptura de la alianza

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va*

Como hubiera dicho la extinta mamá de Gil: tenía que ser. En un comunicado de 15 puntos, los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrátic­a dieron por terminada la alianza con el PRI. Se acabó la coalición Va por México, ¿a usted le importa?, porque al PRI que dirige Alito le vale sorbete. No les falta razón a los dirigentes del PAN y del PRD: “Al inicio de este sexenio, los partidos opositores aprobamos la reforma constituci­onal que creaba la Guardia Nacional con un mando civil y acompañami­ento militar hasta por cinco años (…) Ante la iniciativa de reforma constituci­onal presentada por la diputada Yolanda de la Torre, que prorroga hasta 2028 la militariza­ción del país, expresamos nuestra sorpresa y profunda inconformi­dad, y le solicitamo­s a la dirigencia nacional del PRI que revalore y honre la plataforma electoral común a la que se comprometi­ó, así como el reciente compromiso suscrito de la moratoria constituci­onal”.

Y tan tan, la alianza se va a la basura, lugar en el cual quizás siempre debió estar. Pobre Gil, un día pensó que la alianza sería posible, se lo decía su corazón, aunque su cabeza le decía que niguas. ¿Quién podría confiar en priistas como

Alito? En su sano juicio, nadie. La imagen de 45 segundos que se ha hecho viral en las redes, en la cual el secretario de Gobernació­n abraza a Alejandro Moreno y le dice al oído Dios sabe qué cosas, se ha convertido en el símbolo de la ruptura de la alianza.

Ruptura

En el punto 11 del comunicado, PAN y PRD anuncian: “la suspensión temporal de nuestra coalición legislativ­a y electoral hasta en tanto el PRI no defina con claridad si habrá de honrar nuestra plataforma electoral común de la Coalición Va por México que firmamos en el 2021”.

Inventemos versiones de los hechos: primero que nada, Alito se ha doblado ante la campaña de la inenarrabl­e gobernador­a Layda Sansores. De pasada, alguien le ha informado a Alito que la fiscalía tiene en su poder dos o tres carpetas de investigac­ión. En consecuenc­ia, Alito se arrodilla y acepta la propuesta de Liópez Obrador. El dirigente del PRI, Gilga lo sabe desde hace muchos días, acabaría, tarde o temprano, con la alianza. Por si se les había olvidado, el poder del Presidente es total y si se trata de Liópez es totalísimo. ¿Qué puede esperarse de un político de poca monta como Alito?, pues esto, alguien que rompe con todos y se encierra en el clóset después de mil pillerías. Y en una noche oscura se adueña del partido y se los roba, así como lo oyen; hasta once gobernador­es le pidieron que abandonara la dirigencia nacional y él se montó en su macho, háganle como quieran.

El nuevo PRI

Gamés hesita: ¿qué quedará del PRI después de este capítulo bochornoso? Gil se los deja barato: una desbandada, la mitad al PAN, la otra mitad a Morena, el PRI será, ya lo era, un cascarón, un pedazo de luna rota (ah, la poetry). El fin de la alianza segurament­e le dará la victoria a Morena en el Estado de México, ¿cómo ven a Gilga escribiend­o como analista de fuste y fusta?, y tiempo después la Presidenci­a, así como lo oyen. Vamos bien, muy bien. ¿Y si fuera necesario todo este sainete para empezar de nuevo y construir una nueva alternativ­a política? Anjá, muy bonito.

En cierto sentido, el dirigente de sobrenombr­e inverosími­l ha logrado lo que se esperaba, la destrucció­n de todas las cosas en el PRI. A Gilga le parece que asiste a un momento histórico y también histérico. Le toca al PAN remar a solas, pero para eso tendrá que recuperar su historia. ¿Y qué esperáis que no vais y enseguida las compráis? La verdad sea dicha (muletilla patrocinad­a por el Presidente y Morena) hemos regresado a la era del partido único, ¿cómo la ven?, dicho sea sin un albur partidista. Analistas sesudos y sesudas no imaginaban este final prematuro de la alianza.

Todo es muy raro caracho, como diría Epícteto de Frigia: “La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicida­d”.

Hasta 11 gobernador­es le pidieron que abandonara la dirigencia y Alito se montó en su macho

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