Mientras tanto, en otro castillo…
Los imperios se entienden de distintas maneras, y al final la influencia es lo que define a aquellos que llegaron para marcar nuestras vidas. Por eso, la sensación de estar en Disneyland, muy cerca del palacio de La Bella Durmiente (más de Spider-Man), y recibir la noticia de la muerte de la reina Isabel II fue surreal. Aquí, donde desde hace tiempo se han tratado de redefinir a las princesas, quizá si vemos en tiempos una decisión razonable en torno a la historia de Lady Di, sabemos que siempre habrá cosas nuevas, pero que el reino siempre será de Walt y de Mickey. Hoy y mañana recibiremos noticias sobre todo lo que ocurre en este lugar, mientras el rey Carlos III comienza su reinado. ¿Cómo distinguir la realidad de la ficción?
Yes que al final de cuentas uno acaba consumiendo contenidos a modo de historias y experiencias. Disney hace esto mejor que nadie, pero los modos y las razones de la monarquía, su peso histórico y todo lo que se ha forjado parece consumirse de la misma manera. En tabloides, series de Netflix, entrevistas con Oprah. Historias al fin. Pero hay de historias a historias. Y no hay otros personajes, como Isabel II, que fueron pieza fundamental en la composición del mundo geopolítico como lo conocemos.
Hago esta reflexión en el sentido de que estamos consumiendo tantas historias tan rápido, que vale la pena recalcar que quedan pocos seres humanos tan influyentescomo la reina. Ha acabado una era que inspiró mil ficciones y forjó aún más realidades que quizás ya damos por hecho.