La falsa inclusión de Disney
Enorme controversia ha desatado lo que pudiera verse como un detalle absurdo o superfluo, por tratarse de un personaje imaginario, al que sus productores han decidido cambiarle, sin argumento alguno, su color de piel original.
Ahora resulta que bajo la bandera de la inclusión y la lucha contra el racismo, La Sirenita es de aspecto afroamericano. En la fantasía todo es posible; pero en la realidad social, esos gestos son tomados por muchos como un insulto a ciertas comunidades, como un acto de condescendencia o “un favor” a las personas de raza negra, al cambiarle la piel de manera burda a un personaje que ya era exitoso siendo blanco.
¿No tiene ya Disney a Pocahontas; indígena de piel morena que nació siendo un éxito de taquilla?
¿O princesas rubias, pelirrojas y orientales? ¿Era mucho problema un nuevo personaje afro y con historia propia?
También burdo y sin contexto, es insertar una escena lésbica que no tiene trascendencia alguna en la película de Buzz Lightyear.
Su aparición es de apenas dos segundos y no posee relación con la trama.
Algunos creen que Disney busca aleccionar sobre ideología de género. Lo único que busca es más dinero y la polémica les concede ese objetivo.
Crean una parodia de la identidad sexual con un cubierto que no sabe si es tenedor o cuchara (Toy Story). Les hace el “gran favor” a la comunidad LGBT de sentirse “visibilizados” dos segundos en una película que dura casi dos horas. Una obra pobre que no llega ni al infinito ni al más allá.
¿No era más sencillo una historia original de respeto a la diversidad? Esos dos segundos “de regalo” solo sirvieron para hacer más ácidos los ataques de los ignorantes hacia la comunidad LGBT.
¿Qué sigue? ¿Moana será ahora rubia platinada? ¿La Cenicienta será invidente o habrá perdido ambas piernas para simular que les importa la discapacidad?
Pero el problema central no es Disney, sino que las masas se dejan manipular y se niegan a pensar por sí mismas.
¿Qué es lo grave?
El creer tontamente que la inclusión es sinónimo de condescendencia hacia quienes piensan distinto, en lugar de desarrollar una auténtica cultura de respeto a todo ser humano.
Basta de ocurrencias ridículas.
Falta desarrollar una auténtica cultura de respeto a todo ser
humano