Un diccionario y el general
Para quien haya prestado atención a países donde la influencia militar en sus gobiernos se ha dado por medio de vías impositivas, quizá existan pocos fracasos democráticos tan penosos como el de México en su entrega voluntaria a los generales. El pueblo que no quería crecer, se le llamaba en mi casa, a éste donde una adolescente autoestima y enamoramiento por las apariencias permite obviar nuestra mala relación con la verdad. A la vida pública nacional le gusta engañarse entre las frases de Goytisolo sobre el ladrón honrado, el lobo maltratado por corderos. Los militares de la paz. A la libertad, el general secretario de la Defensa la respeta con un analfabeta intento de advertencia: “debemos discernir de aquellos que, con comentarios tendenciosos… pretenden apartar a las fuerzas armadas de la confianza…”.
Tal vez quiso dar la orden de ir en contra del disenso a la retórica oficial, en una muestra de desprecio a la pluralidad democrática. ¿Discernir en el sentido de marcar las diferencias? De ser así hay una clara amenaza. A menos de suponer equivalencia en los medios del Ejército y los de otro ciudadano. Un civil señala las diferencias con su opinión, ¿cuál método pretende usen los soldados? Discernir y disentir le sonaron parecido. No imagino al general secretario utilizando la acepción para la cual el discierno concedería honores a quienes nos oponemos a su participación excesiva. Es útil recordar, hay palabras que son hechos. Como las suyas.
El país limitado a sus propias apariencias dice confiar en el Ejército y políticos enfatizan su admiración por los uniformados. ¿Respetan las más de dos mil quejas a la Defensa, Marina y Guardia Nacional por supuestas violaciones a derechos humanos? ¿Las catorce recomendaciones a la Guardia por violaciones donde hay tortura y uso excesivo de la fuerza?
Toda consciencia política sabe de la incompatibilidad entre la participación actual de las fuerzas armadas
_* y cada uno de los elementos de viabilidad democrática en un país.
Siesadecuadoevitardardiscursoscuandoseignoralamateriaprimadellenguaje,eraimprescindibletampocoolvidar los riesgos de transformar en políticos a los militares.
Ahí lo penoso del caso mexicano.
Imprescindible tampoco es olvidar
los riesgos de transformar en políticos a militares