Milenio Tamaulipas

Ebrard, un precandida­to que levanta la mano

- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA lopezdorig­a@milenio.com @lopezdorig­a lopezdorig­a.com A veces el sentido común es impreciso Florestán

L ondres. Marcelo Ebrard me dijo, sin titubeo alguno, que sí quiere ser presidente de la República en 2024 —Sí, sí, claro —me dijo al botepronto—. ¡Claro que sí! Para eso me he preparado cuarenta años. En una entrevista, la primera que me da en un cara a cara en lo que ha corrido de este gobierno, aprovechan­do su viaje a esta ciudad a la que vino con la representa­ción presidenci­al a los funerales de Estado de la reina Isabel II, el secretario de Relaciones Exteriores, ya precandida­to en 2011 me reiteró que entonces perdió la encuesta, cinco preguntas que se hicieron, con Andres Manuel Lopez Obrador para la candidatur­a del bloque encabezado entonces por el PRD, con el mismo argumento que me dio hace once años: “empatamos Dos a Dos y en la quinta pregunta me ganó por 1.4. Y por eso cedí, porque de no hacerlo hubiera roto al partido y al proyecto. Además, yo propuse el método y no podía salir conque no lo reconocía por haber perdido. Y no era la primera vez que cedía por él. Lo hice en las elecciones para jefe de gobierno, en 1999. Había que respetar el resultado y lo respeté. Lo otro era la ruptura y me pareció que dividir en dos el voto de la izquierda era un error estratégic­o”.

Lo que yo estoy planteando ahora, agregó, es que se haga una encuesta similar, incluso con una sola pregunta: “¿Quién debe ser (el candidato presidenci­al)?” Y ya.

Negó que el hecho de que el Presidente, al adelantar los tiempos más de un año, desde julio de 2021, desgaste a los aspirantes: “Lo ha explicado varias veces, que quiere un proceso abierto y los tiempos apenas te darían. Si te esperas, tendrías un modelo cerrado, porque normalment­e la elección del candidato tiene que ser en octubre, a más tardar en noviembre”.

—Mario Delgado me dijo que en septiembre… — O en septiembre —asintió—. Pero el Presidente lo quiso abrir y es una nueva experienci­a. Hay que ver cómo evoluciona esto.

Y a otra pregunta respondió que en esta sucesión, una de las cosas esenciales para mantener la unidad de Morena es que haya respeto a todos. ¨Si empieza a haber favoritism­o, a dar línea, que diríjanse al partido, que te hablen los gobernador­es, las gobernador­as, se va a echar a perder el proceso. Además van a contradeci­r lo que quiere el Presidente. Yo no creo que quiera esto porque, ¿para qué lo necesitarí­a? Si quisiera hacer un proceso con una indicación política, ¿para qué lo abriría? No. Te esperas a septiembre, se hace una reunión de delegados o algo así. Pero si lo quiere abrir y que la gente opine, pues entonces hay que respetarlo”.

Uno de los aspecto del proyecto Ebrard, el más organizado y de mejor estructura, es ser candidato por Morena, aunque algunos lo vean, de no estar en esa boleta, en las de otro partido, por una coalición, pero tras la Presidenci­a de la República para lo que se ha preparado, me reiteró, los últimos cuarenta años.

Mañana, ¿Por qué partido?

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