Ayotzinapa: confundir indicios con pruebas
El último informe presentado por Alejandro Encinas, presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ), no se basa en pruebas sino en indicios.
Las supuestas capturas de pantalla que narran, entre otras cosas, los horrores que habrían sufrido los normalistas de Ayotzinapa, son solo indicios porque, cuando se presentaron, no habían sido sometidos a un análisis científico riguroso que asegurara su autenticidad.
Después de un mes continúan sin conocerse los peritajes que otorgarían a esos“pan tal lazos” calidad de prueba sol vente para ser presentada ante los jueces.
Abunda en la sospecha el que las personas integrantes del Grupo In ter disciplinario de Expertos Independientes (GIEI) no hayan aún otorgado su aval sobre este material.
También que el fiscal especial para el caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, desconociera tales mensajes antes de que se volvieran públicos.
Fue igualmente desafortunado no socializar su contenido, previo al anuncio, con los abogados victimales ni con las madres y los padres de los estudiantes desaparecidos.
Y, sin embargo, tales indicios se presentaron como definitivos, muy probablemente porque la CoVAJ tenía que entregar algún resultado políticamente sonoro para ser incluido en el cuarto Informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Todo empeoró el pasado fin de semana, cuando esos indicios fueron filtrados a la prensa y publicados por mi colega Peniley Ramírez. Pero la responsabilidad no es de la periodista sino de quien consideró que esos “pantallazos” eran pruebas definitivas, antes de serlo, y luego supuso con ingenuidad que una información así de sensible podía guardarse en secreto. Lo sorprendente, en realidad, es que haya logrado ocultarse durante poco más de un mes.
Cuando se tuvo como indicio que los estudiantes habían sido asesinados e incinerados en el basurero de Cocula, fue necesario traer al experto José Luis Torero para que verificara los hechos. Entonces se concluyó que ese indicio era falso.
Zoom: pues ahora se requeriría de un Torero de la cibernética para corroborar la autenticidad de los famosos mensajes; antes de que tal cosa ocurra se está lastimando nuevamente a las víctimas sin contar con pruebas.
Fue igualmente desafortunado no socializar su contenido