Formas de complicidad
Noesposiblelimitarseapensarsólosobreaquellos dichos con capacidad de transformarse en políticas. El entorno mexicano es, sobre todo, de dichos convirtiéndose en acciones que vulneran el espacio público más elemental. Por encima de la transgresión de leyes se vulnera su entendimiento, se cambian los códigos desde los cuales lo impedido en la letra se considera viable por convicción y causa.
La política nacional había abandonado la ética hace tiempo. Ahora, su desatención a la ley incluye pervertir el lenguaje en el que está escrita.
Ese es el espíritu en la exaltación a lo militar y en la perorata de una nueva consulta sobre lo inconsultable.
¿En verdad la medición de sentires nacionales hacia los militares importa para definir pertinencias ajenas a su razón? No. Es la elaboración de verdades por vía de la fuerza. Entonces, ¿si en una votación los más decimos vivir en un planeta cuadrado, será cuadrado? Senador Monreal, ¿no nos estaremos equivocando? Es la lógica de su texto en estas páginas. La del Gobierno Federal.
Son muchas las formas de la complicidad. Lo sabe el culpable de la tropelía, lo sabe su acompañante, espectador. También el enterado, quien se mantiene en silencio. Es cómplice aquel discreto escondido en posibilidad de reacción.
Cuán sencillo ha sido para este país obviar a las complicidades pasivas, tan graves como las activas.
El gobierno mexicano ha logrado ignorar las consecuencias abajo de sus frases recurrentes. Las retahílas sobre la extensión en la operación de la Guardia Nacional y su adscripción a las Fuerzas Armadas consiguieron eludir la naturaleza de su opacidad. Desincorporamos del debate los riesgos del fuero militar, cuando ni siquiera la participación reconocida del ejército en la violencia más soez traspasa el escudo de su enojo al ser exhibidos. Cómplices, infiltrados, protegidos.
Si otrora aceptamos la existencia de fenómenos sistémicos ante la corrupción, la violación de derechos humanos y la falta de justicia, hoy, el aparato oficial replica con creces a sus antecesores en el fomento a las mismas estructuras proclives a la abundancia de lo que llaman excepcionalidades.
En política, la charlatanería es hermana de la complicidad.
¿Si en una votación
los más decimos vivir en un planeta cuadrado, será
cuadrado?