El clasismo redime
Aunque muchos no quieran aceptarlo, en México prepondera el clasismo y el racismo, y no, no el racismo inverso porque ese no existe, sino el racismo que discrimina a aquellos que no cumplen con los cánones de belleza y de riqueza al que acostumbran o aspiran las élites: estereotipos eurocéntricos donde abundan las pieles blancas o claras, los ojos verde-azulados y cuerpos esbeltos, además de las cuentas bancarias donde existan varios ceros de por medio.
Y a quienes no cumplan con dichas características se les excluye y violenta en mayor o menor medida, dependiendo del entorno en el que se intenten desenvolver: en centros comerciales se les vigila como si se trataran de delincuentes; en los trabajos se les paga menos y se les explota más; en la moda difícilmente vemos rostros que no sean blancos y rubios; y a quienes no cuentan con poder adquisitivo se les pueden llegar a dar adjetivos como “nacos”, “pobres” y cualquier otro más ofensivo que se les pueda ocurrir.
De hecho, lo anterior lo pueden comprobar yendo a una cárcel (o si no quiere arriesgarse, pueden mirar a su alrededor y comprobarlo por ustedes mismos, pues está tan normalizado que se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad), donde difícilmente encontraran reos “güeritos” o de familias adineradas, porque además de que quienes forman parte de tales grupos, aprovechan no solo el racismo y clasismo existentes en el país, sino también el sistema de impunidad del cual se benefician gracias a sus privilegios.
Por si no me creen, se los voy a ejemplificar con un caso acontecido hace algunos días en la Ciudad de México, donde el padre del titular de la Alcaldía Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, atentó contra la integridad física de una persona y al día de hoy, no ha habido sanción alguna por tales hechos.
Para ser más precisa, el pasado 27 de septiembre, Daniel Tabe amenazó con clavarle un cuchillo en el cuello a uno de los verificadores que clausuró su establecimiento de comida ubicado en la avenida Progreso 172 de la colonia Escandón de la Ciudad de México, por no corresponder al uso de suelo luego de recibir diversas acusaciones al respecto, hechos que quedaron registrados en un video que se hizo viral en redes sociales y por el cual muchas y muchos tuvimos la oportunidad de enterarnos de lo sucedido, incluyendo a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, motivo por el cual la Fiscalía General de Justicia de la ciudad capitalina inició una carpeta de investigación contra el susodicho, por amagar con arma blanca a un servidor público.
No obstante, la respuesta que dio el “acusado” se redujo al ofrecimiento de disculpas a través de un video publicado en sus redes sociales, donde se le puede ver que solo leyó un texto que él –o quizá alguien le escribió para que se apegara al guión-, y poco da la cara.
Pero lo que menos interesa y saber si lo siente o no, sino más bien si se hará justicia o si estamos ante otro caso más, donde las “palancas” y el poder que da el clasismo, van a redimir a un victimario de lo que se le acusa.
Mi duda personal es, ¿si lo que ocurrió hubiera sido perpetrado a manos de una persona morena, el curso de las cosas sería el mismo? ¿No estaría ya tras las rejas por intento de homicidio? Al parecer la ‘blanquitud’ y el clasismo en México perdonan más pecados de los que podemos llegar a imaginar.
A quienes no cuentan con poder adquisitivo les llegar a decir “nacos” o
“pobres”