“Gobierno federal, sin solución ni capacidad ante violencia”: Iglesia
La Conferencia del Episcopado Mexicano llamó al sector empresarial y al gobierno federal a unirse en la misión de pacificar el país, porque este último no tiene la solución ni la capacidad para el problema de la inseguridad.
Enelforo“Reconstruccióndela paz desde la sociedad civil”, organizado por la Coparmex, el obispo JuanCarlosArcqGuzmánsubrayó que no se puede reconstruir el tejidosocialdemaneraindividual,por lo que pidió reconocer que se requiere un proyecto conjunto para “una verdadera transformación”.
“Reconocer, con una visión más integral, a otros actores sociales en la reconstrucción de tejido social valorando sus capacidades, experiencias y competencias. La Iglesia tiene que reconocer que no puede sola en su misión por la paz, así como el empresario tiene que reconocer que no puede solo.
“El gobierno tiene que reconocer que no puede solo, no tiene la solución ni la capacidad. Es necesario reconocer la magnitud del problema de la violencia y la incapacidad de que un solo actor lo resuelva. Para una verdadera transformación social se ocupa visión, prácticas y actitudes que se unan en un proyecto conjunto”, dijo.
El obispo puntualizó que no se puede responsabilizar a un solo actor en el tema de la violencia, porque “todos somos corresponsables... y en la solución”, y precisó que para generar un cambio también se tiene que escuchar a las víctimas. “No podemos solo partir de los actores como entidades, Iglesia, empresas, sino que tenemos que partir de las víctimas y sus familias, ellos también tienen que hablar, ser escuchados”.
Arcq Guzmán finalizó su participación resaltando que falta empatía entre la Iglesia, el gobierno federal y el sector empresarial, por lo que tienen que entablar un diálogo para generar una estrategia para la construcción de paz.
“Falta la empatía entre los actoresquetendríamosqueinvolucrarnos en el tejido social y la construcción de paz, porque escuchamos mucho,perononoshemossentado a la mesa. A lo mejor hay que sentarnos en el banquillo de los acusados para escuchar el punto de vista del otro y que nos hagan ver nuestras limitaciones”.