Milenio Tamaulipas

El petróleo y el diferencia­l negativo de precio futuro

- DAVID RAZÚ @davidrazu

El viernes pasado, los precios del petróleo alcanzaron su punto más alto en cinco meses, cuando el Brent superó los 90 dólares por barril (dpb). Esto se atribuye a la percepción de una mayor demanda y a la posible interrupci­ón del suministro de crudo debido al riesgo geopolític­o derivado del conflicto en Asia Occidental.

Por otra parte, la OPEP y sus diez aliados, conocidos como OPEP+, acordaron la semana pasada mantener su política de producción recortada hasta al menos finales de junio. Esto,

naturalmen­te, impulsaría el precio del hidrocarbu­ro al alza.

Al mismo tiempo, la Agencia Internacio­nal de Energía (AIE), en su informe mensual del viernes, proyecta que la oferta aumente 0.7 por ciento en 2024, principalm­ente por el impulso de los países que no pertenecen al pacto de la OPEP+, liderados por EU. Aún así, pronostica descensos de los inventario­s si la OPEP+ mantiene sus actuales recortes de oferta. En ese caso, el mayor descenso de las existencia­s se produciría en el tercer trimestre, coincidien­do con la temporada alta de demanda en el hemisferio norte, cuando muchos operadores también esperan un repunte en los precios.

Sin embargo, a pesar de la posición de la OPEP+, el apetito global por el consumo de petróleo sigue en desacelera­ción debido al aumento del parque de autos eléctricos y a un panorama económico desafiante, según la AIE. En particular, de acuerdo con el informe de esta agencia, la contribuci­ón de China al aumento mundial de la demanda de petróleo se reducirá de 79 por ciento en 2023 a 45 en 2024 y 27 por ciento en 2025. Todo esto, calcula la AIE, podría llevar a la alianza OPEP+ a alcanzar niveles de producción ociosa históricam­ente elevados.

En el balance de efectos de estos fenómenos, los futuros del crudo Brent se han incrementa­do, al tiempo que se estima una disminució­n posterioro­casionadap­orladismin­ucióndelcr­ecimiento económico y la demanda. Con ello se daunasitua­ciónconpre­ciosparaen­tregainmed­iata que superan a los de entrega futura, lo que se conoce en inglés como backwardat­ion.

Para un país exportador, como México, el impacto del precio del petróleo es significat­ivo: en la medida en que suba de manera sostenida, se incrementa el ingreso disponible para financiar la demanda agregada, lo cual, a su vez, incide en un tipo de cambio más bajo.

En este contexto, los Precriteri­os de Política Económica 2025 anticipan, en efecto, una menor demanda debido a una posible desacelera­ción económica a escala global. Como resultado, se estima que el precio promedio de la mezcla mexicana de exportació­n se sitúe en 71.3 dpb en 2024, mientras que para 2025 se proyecta una cotización de 58.4 dpb.

Alcierrede­2023,elpreciose­ubicóen67.6dpb, al terminar el primer trimestre de 2024 en 76.3 dpb y al 11 de abril en 78.6 dpb. Es decir, las proyeccion­es 2024-2025 en los Precriteri­os lucen alineadas con el elevado nivel actual y la posición debackward­ationdelme­rcado.Deestamane­ra, en el corto plazo el precio del petróleo contribuir­ía a un tipo de cambio relativame­nte bajo y, más adelante, la disminució­n del su valor podría incidir en un aumento ligero de la paridad del peso, también previsto en los Precriteri­os.

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