MUJERES MIGRANTES… MÁS QUE NÚMEROS
Los datos de la migración vienen de distintas fuentes o metodologías, lo cual puede causar confusiones.
¿Por qué solemos empezar alguna reflexión sobre las mujeres migrantes con cifras? Generalmente, se hace para llamar la atención sobre la importancia de su participación en los volúmenes de migrantes, para hablar de su magnitud y del tipo de participación: quiénes son y cuáles son sus características, siempre y cuando esos datos estén desagregados por sexo. Pero, este recurso no siempre es necesario, en especial si lo que queremos es enfatizar que, independientemente de la cantidad, en cualquier lugar del mundo hay mujeres que se desplazan en condiciones precarias y que no sólo están expuestas a diferentes amenazas, sino que, además, son víctimas de accidentes, de enfermedades, así como de violencias de distinto tipo. En cualquiera de los dos abordajes, o en una combinación de estos, la información es crucial para hacer visible cómo se produce la migración o el desplazamiento y para llamar la atención sobre los mecanismos que deben operar para la protección de las mujeres.
Para referirnos a algunos datos sobre mujeres migrantes, podemos decir que hay distintas fuentes de información (de organismos internacionales, instituciones oficiales, instituciones académicas y organismos no gubernamentales), distintas metodologías para generar estos datos y que cada fuente cumple con objetivos específicos y se enfoca en determinadas poblaciones. Por eso, es importante analizar la metodología y citar la respectiva fuente. Algunas confusiones se ocasionan cuando no se hace este tipo de distinciones. Una de las confusiones más frecuente se produce cuando se analizan los datos de la migración en un momento o instante determinado del tiempo (stock) y cuando se analizan aquellos datos recopilados de manera continua en una unidad de tiempo (flujo). En este caso en específico, esta confusión puede generar dudas respecto al porcentaje de participación de las mujeres migrantes, pues en los stocks, por lo general, el porcentaje suele estar cercano a 50%, mientras que en los flujos puede fluctuar en torno a una cuarta parte del total de migrantes.
Respecto a las estadísticas de migrantes a nivel internacional, se suele afirmar que ha habido una feminización de las migraciones para referirse al incremento en la magnitud de migrantes. Sin embargo, si se analizan los datos desagregados por sexo (ver cuadro), no solo se ha incrementado el número de mujeres migrantes, también el de hombres. Por eso, en términos porcentuales, las estimaciones quinquenales que se han hecho para el periodo 1990 a 2015 son cercanas a 49%. Incluso, se aprecia una ligera disminución relativa en los últimos tres quinquenios, pero en términos absolutos estamos hablando de millones de mujeres. Entonces, esas cifras que parecen estáticas, nos revelan, por ejemplo, que sólo en un lustro (2010-2015), en el mundo, 10 millones de mujeres se movieron por distintas razones a un país distinto al que nacieron; y que entre 1990 y 2015, fueron casi 43 millones de mujeres quienes hicieron este movimiento, ya sea por reunificación familiar o por otras causas, forzadas o no. En el caso de México, solo como ilustración, podemos hacer referencia a las mujeres nacidas en México que viven en los Estados Unidos (migrantes) y a las mujeres nacidas en otros países que residen en territorio mexicano. En el primer caso, con estimaciones de la Current Population Survey, de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, se sabe que para 2015 vivían en ese país 12.2 millones de personas mexicanas, de las cuales 47.2% eran mujeres, o sea 5.7 millones. En el segundo caso, con la Encuesta Intercensal del INEGI, se ha estimado que en 2015 vivía en México alrededor de un millón de personas inmigrantes (1,007,063), de las cuales 49.6% eran mujeres.
Esas cifras relativas a los stocks, nos revelan que en los procesos migratorios hay participación de mujeres, que esta presencia no es nueva, que su magnitud es significativa y que cualquiera que haya sido la razón para migrar hay una serie de aspectos y circunstancias que las cifras contribuyen a entender, pero que hay otras que requieren otros acercamientos, en especial cuando se hacen análisis con enfoque de género y de derechos humanos.
La información es crucial para hacer visible cómo se produce la migración o el desplazamiento y para llamar la atención sobre los mecanismos que deben operar para la protección de las mujeres
[1] Un ejemplo de stock es el volumen de migrantes que se estima con el censo o con la encuesta intercensal; un ejemplo de flujo es el volumen de eventos de deportación captados mediante los registros de una encuesta continua.