MIGRAR NO ES FÁCIL
Las mujeres mexicanas y centroamericanas que, en busca de mejorar la vida de sus familias, arriesgan hasta su vida para lograrlo.
En la cajuela de un vehículo, amontonadas con otros migrantes en camiones cerrados, a pie exponiéndose a todo en el desierto, cruzando un río que ahoga las ilusiones, soportando robos y engaños, así como abusos sexuales y violaciones, incluso tumultuarias, algunas veces hasta la muerte, son algunos de los tintes que han marcado la vida de las migrantes mexicanas y centroamericanas en su paso hacia Estados Unidos de Norteamérica. Las oaxaqueñas han migrado desde mediados del siglo pasado la cifra alcanzó un nivel extraordinario al finalizar el siglo XX, desde el año 2000 las estimaciones apuntaban que por cada 55 hombres que salen lo hacen 45 mujeres, de acuerdo con fuentes oficiales, los costos de la migración no documentada son muy altos para ellas.
Por ejemplo, este año al menos 27 mujeres perdieron la vida tanto en su intento por atravesar la frontera geográfica-política entre las dos naciones, cuya longitud de más de tres mil kilómetros va de un océano a otro, como por accidentes, enfermedades y asesinatos ya cuando viven en aquel país.
La migración expone a riesgos no obstante las cifras que muestran que el fenómeno migratorio sigue creciendo a pesar de todos los peligros. Datos del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM) indican que este año, fallecieron 126 personas, 99 hombres y 27 mujeres, pero además en 2016 el reporte de personas detenidas por diversas circunstancias, fue de 64, seis de ellas son mujeres.
Tanto en Oaxaca, como sucede en algunos países centroamericanos, migrar representa un riesgo. Las historias de algunas como “Leticia” quien se arriesgó a cruzar con cinco meses de embarazo. Perseguida por la migra estadounidense, corrió y se salvó casualmente cuando fue levantada por un grupo de migrantes mexicanos en una camioneta hasta un lugar seguro. Allá nació su hijo, permaneció algunos meses trabajando como empleada en casas. Luego regresó, la experiencia, dice, la marcó para siempre porque puso en riesgo su vida y el sueño americano se volvió una pesadilla.
Para “María” las cosas no fueron distintas, pero más dramáticas. Cuando pasó desde Tijuana, Baja California, hacia Estados Unidos sin papeles, fue violada tumultuariamente, incluso, por el “pollero” a quien ella había pagado una suma importante de dinero. Entonces no cumplía ni los 18 años, decidió regresar a Oaxaca donde vive - dice- perseguida por esa pesadilla que no logra superar, y han pasado más de diez años.
Otras mujeres cuentan historias de éxito, afirman Leticia y María, pero las condiciones fueron distintas, consiguieron su VISA y allá se quedaron a vivir, otras nacieron en ese país. Explican que aun cuando tengas estudios se empieza desde cero, desde que te niegan la entrada “legal”.
El IOAM refiere que unos 150 mil oaxaqueños y oaxaqueñas salen cada año hacia Estados Unidos, mientras que millón y medio más radica de manera temporal en aquella nación, principalmente en California, Washington, Oregon, Arizona, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey y Georgia.
En Oaxaca hay preocupación, desde hace algunos años después del atentado a las torres gemelas en Nueva York, se recrudeció la política migratoria luego de que en 1998 se modificó la Ley para migrar.
Los focos de alerta se volvieron a encender. El diputado local Luis Antonio Ramírez Pineda señaló que Oaxaca ocupa el séptimo lugar en recepción de remesas, este año se recibieron mil 45.5 millones de dólares. Agregó que Estados Unidos deportó 243 mil 196 mexicanos en 2014, de las personas deportadas al menos dos de cada diez salieron de alguna comunidad oaxaqueña.
Informó que planteó al Congreso local un punto de acuerdo para que el IOAM advierta sobre las acciones para defender los derechos de migrantes frente a lo que llamó el “discurso vociferante y beligerante del presidente electo Donald Trump”.
En su momento, el IOAM emitió declaraciones en noviembre pasado. Afirmando que no se descartaban deportaciones masivas, que afectarían a 500 mil oaxaqueños sin documentos migratorios, lo que disminuirá la captación de remesas.
La frontera sur, un retrovisor
En la frontera sur de México la violencia contra las mujeres migrantes, asegura Alejandro Solalinde, sacerdote católico director del albergue Hermanos en el Camino, abrió sus puertas en 2007, en el municipio istmeño de Ciudad Ixtepec.
Si en Oaxaca, como en otras entidades del país, se considera que la pobreza y con ella la falta de oportunidades son las razones más recurrentes por las cuales las mujeres migran hacia el vecino país del norte; entre las mujeres centroamericanas se agregan otras razones como la violencia social que viven en sus países, señala Solalinde quien agrega que la migración es una aspiración incitada por la televisión y las películas “gringas”.
La trata de personas ha impactado la migración: para tener mano de obra obligada, barata, castigada y clandestina, una trata sistémica y global, donde a ellas les va peor, porque son tratadas con fines de explotación sexual.
Las hondureñas son las más explotadas sexualmente en todo el recorrido, desde que salen de su país y hasta EU. Consideró Solalinde que existe la sospecha de que muchas de las mujeres desaparecidas son llevadas por fuerza para el trabajo sexual al extranjero.
Solalinde dice que las estadísticas refieren que entre seis y siete mujeres centroamericanas son violentadas sexualmente en su paso por la frontera sur, entre Chiapas y Oaxaca. Agrega que se dispararon las agresiones a los y las migrantes, en el tramo entre la población de Chahuites e Ixtepec, en territorio oaxaqueño. Y dice que nueve de 10 migrantes han recibido violencia, incluso por agentes del Instituto Nacional de Migración, con un adherente: la impunidad.
Para las mujeres tanto en el norte como en el sur la migración indocumentada es un riesgo de violencia y de preocupación centrada en la posibilidad de perder ingresos y no en el componente humano, señalan especialistas.
Desde el año 2000 las estimaciones apuntaban que por cada 55 hombres que salen lo hacen 45 mujeres