LA TELE: NUEVAS FORMAS, MISMO CONTENIDO
En el paso de LA televisión, tradicional e integrista, a LAS televisiones, en sus versiones multiplataforma, los viejos estereotipos de género persisten.
Hablar de LA televisión equivale a vivir despegada de la realidad. En un país (y un mundo) en donde la postmodernidad convive a cada paso con la premodernidad, ya nada es único, ni uniforme. Con “la televisión” ocurre lo que con el concepto “la familia”, que hoy se ha transformado en “las familias”. Así, la tecnología y la desigualdad social hacen que en este tiempo y espacio convivan distintas televisiones: la tradicional y en declive televisión abierta, la dirigida a personas migrantes tecnológicas televisión por cable, la cada vez más popular y ya casi masiva televisión por Internet, y la “milenial” televisión por redes sociales.
No obstante, a pesar de la diversificación tecnológica de las televisiones, hay constantes que no cambian en los contenidos, como la desigualdad, la discriminación y los estereotipos de género.
TELEVISIÓN ABIERTA: Es la tradicional, la que por décadas reforzó el estereotipo de la buena y virginal protagonista, que aguantaba todo y al final hallaba al príncipe azul y vivía feliz para siempre. También construyó la idea de la mujer mala, sexual e inteligente, que usaba su sabiduría para competir con “la buena” por el príncipe. Tras infructuosos y lastimeros intentos por atraer a la nueva audiencia juvenil, la televisión abierta volvió al viejo concepto de la segmentación por estratos socioeconómicos, y ahora dirige sus contenidos a las personas de clase económica baja, cuya falta de ingresos les impide un acceso cotidiano a otras televisiones.
Hoy, con los niveles de audiencia más bajos en décadas, esta televisión sigue con el refuerzo de estereotipos de género, aunque los ha maquillado. “La buena” ahora busca algo más que una pareja. Ya también tiene ambiciones económicas, ya es sexuada, aparece con vestidos pequeños, no en aras de promover el derecho a su sexualidad, sino de reforzar el estereotipo del “cuerpo para otros”. Ya no es tan tonta, se enfrenta con “la mala”, su meta principal sigue siendo el príncipe, y para conseguirlo refuerza otro estereotipo que ha trascendido generaciones, el de la rivalidad entre mujeres.
TELEVISIÓN POR CABLE: Dirigida a la generación que migró hacia la tecnología y que aún no logra adaptarse a los nuevos productos mediáticos, la televisión por cable es la más consumida por las mujeres y los hombres que ostentan el poder en el país. Se accede a ella de manera amable, igual que la tradicional televisión abierta, solo que ofrece más contenidos por un costo que no está al alcance de la mayoría. Sus fuertes: Los programas unitarios, los informativos y los deportes. Salvo algunas excepciones, en estos tres casos las mujeres aparecen reforzando estereotipos de belleza física, con ropa diminuta y con actitudes poco críticas.
TELEVISIÓN POR INTERNET: Cada vez con mayor audiencia, la televisión por internet está muy próxima a volverse masiva. El sistema Netflix encabeza las preferencias a través de series completas, que requieren de la audiencia un acceso constante. En estas series hay casos que refuerzan estereotipos de género e incluso violencia contra las mujeres, como “Sons of Anarchy”, o productos feministas con ciertos tintes machistas, pero que aun así son ampliamente recomendables contra los estereotipos por género, tales como “The good wife”, “Orange is the new black” o “How to get away with murder”.
TELEVISIÓN POR REDES SOCIALES: Totalmente dirigida a la generación “Milenial” (personas nacidas a partir de 1990) la televisión por redes sociales tiene su nicho más fuerte en la adolescencia. Quienes nacieron en este siglo y tienen acceso a las redes sociales en su entorno cotidiano, abarrotan las redes sociales (YouTube principalmente) para ver series generalmente provenientes de Asia y traducidas de modo amateur al español. Desde las principales expresiones del sexualmente agresivo “Yaoi” (Abreviatura de yama-nashi ochi-nashi imi-nashi - “sin clímax, sin resolución, sin sentido”-), hasta series youtubers aparentemente incluyentes como la súper exitosa FNAF-HS, las mujeres siguen reproduciendo estereotipos de género, tanto en la trama como en la representación visual del objeto sexual.
Estas son solo cuatro de las nuevas formas de televisiones. Sí, nuevas formas, pero no nuevos fondos.
A pesar de la diversificación tecnológica, hay constantes que no cambian en los contenidos, como desigualdad, discriminación y estereotipos de género