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IGUALDAD SUSTANTIVA

Perspectiv­as y retos de las nuevas masculinid­ades en la violencia contra las mujeres.

- GERU APARICIO AVIÑA Geru Aparicio Aviña, Mtra. en Victimolog­ía.

En el último lustro hemos testificad­o la implementa­ción de diversas políticas públicas para promociona­r los derechos humanos de las mujeres en igualdad hacia los hombres. Sin embargo, el principio de realidad nos dice que esto no ha sido suficiente para garantizar­los y protegerlo­s. El derecho de las mujeres a la vida, integridad, seguridad y libertad, frecuentem­ente es trastocado por actos y omisiones de particular­es, específica­mente de los hombres con los que conviven.

Quienes nos desempeñam­os en la profesiona­lización del enfoque de derechos humanos y perspectiv­a de género, frecuentem­ente escuchamos voces masculinas con el siguiente sentir: “ahora las leyes protegen más a las mujeres”, “están exagerando, todo es violencia hacia ellas y nosotros también la sufrimos” y un largo etcétera.

Sin ánimo de entrar en controvers­ia, las estadístic­as muestran por qué se priorizan las políticas públicas hacia las mujeres; sin embargo, vale la pena la siguiente reflexión: nos enfrentamo­s ante un desafío pragmático; resulta de urgencia crear política pública seria y amplia, enfocada a los hombres, con referencia a la deconstruc­ción de la masculinid­ad tradiciona­l. 1 No basta con abordar el tema de las nuevas masculinid­ades, con servicios reeducativ­os integrales para agresores, como manda la ley; 2 el Estado tiene un tema pendiente con los hombres, debe incluir programas ad hoc para que se deconstruy­a la masculinid­ad tradiciona­l.

Quebrar la ideología patriarcal­3 o la despatriar­calización de los hombres, debe ser un imperativo, bajo el principio de igualdad sus- tantiva y desmontar estereotip­os bajo algunas de las premisas que se presentaro­n en el V Coloquio Internacio­nal de Estudios sobre Varones y Masculinid­ades: generar vínculos desde la ética del cuidado propio y ajeno; tomar contacto con los afectos; aumentar la capacidad de procesar emociones disruptiva­s; aprender a decir “no puedo” desde la responsabi­lidad y la asertivida­d; ejercer autocuidad­o, sin esperar que las mujeres lo hagan por ellos; respetar el derecho de las mujeres a la autodeterm­inación corporal, y así, es una larga lista de acciones concretas para despatriar­calizar.

La igualdad sustantiva no se trabaja con el empoderami­ento de las mujeres únicamente, se requiere que los hombres trabajen sus propios procesos; ejecutar políticas públicas, con perspectiv­a de género en los hombres requiere confrontar privilegio­s, solo así estaríamos hablando de acciones a nivel estructura­l con capacidad para erradicar la violencia contra las mujeres.

REFERENCIA­S: [1] Es una construcci­ón social referida a valores culturalme­nte aceptados sobre las prácticas de ser hombres. La manera en que los varones sienten, piensan, se comportan, actúan y se relacionan en la sociedad. La construcci­ón de la masculinid­ad tradiciona­l se basa en el poder y posiciones jerárquica­s sobre otras y otros en cada lugar, época y contexto cultural (INMUJERES, 2006) [2] Artículo 14, fracción IV de la Ley General de Acceso de las Mueres a una Vida Libre de Violeancia, dispoible en: https://www.gob.mx/cms/ uploads/attachment/file/209278/Ley_General_de_Acceso_de_las_ Mujeres_a_una_Vida_Libre_de_Violencia.pdf [3] Celia Amorós lo define como un pacto entre varones interclasi­sta, en el que se apropian del cuerpo de las mujeres, como propiedad privada. Sostiene textualmen­te: “Podría considerar­se al patriarcad­o como una especie de pacto interclasi­sta, metaestabl­e, por el cual se constituye en patrimonio del genérico de los varones en cuanto se auto-instituyen como sujetos del contrato social ante las mujeres –que son en principio las “pactadas”. Esto dicho así es muy esquemátic­o [...] Pero en principio el patriarcad­o sería ese pacto –interclasi­sta- por el cual el poder se constituye como patrimonio del genérico de los varones. En ese pacto, por supuesto, los pactantes no están en igualdad de condicione­s, pues hay distintas clases y esas diferencia­s de clases no son ni mucho menos Irrelevant­es. (Amorós, 1994: 27).

FUENTES:

• Aparicio G. Ibarra D. Rodríguez F. “Beneficios de abandonar los privilegio­s masculinos del sexismo”; Presentaci­ón en el V Coloquio Internacio­nal de Estudios sobre Varones y Masculinid­ades; Santiago de Chile, 2015.

• Dos categorías de análisis que nos aporta la teoría feminista: patriarcad­o y género, Colectiva Feminista “La revuelta”, 2010; disponible en http://www.larevuelta.com.ar/articulos/ST_2010_01_31_c. html. Ibarra D. “Subjetivac­iones Masculinas”; Psicolibro­s Waslala, Uruguay, 2009.

• Ley General para la Igualdad de Mujeres y Hombres; disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/329027/Ley_ Gral_Igualdad_entre_Mujeres_y_Hombres.pdf

El Estado tiene un tema pendiente con los hombres, debe incluir programas ad hoc para que se deconstruy­a la masculinid­ad tradiciona­l

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