DERECHO AL PLACER EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD
La Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada el 13 de diciembre de 2006, firmada por México el 30 de marzo de 2007 y ratificada el 17 de diciembre de ese mismo año, define la discapacidad como “…el resultado de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debido a la actitud y al entorno, que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás”.
La sexualidad y sus potencialidades son parte integral de la personalidad particular de cada uno de los individuos que conformamos la diversidad humana. “…el desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social (…) dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico...” (Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A.C).
Toda persona tiene derechos sexuales, los cuales fueron aprobados por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología, (WAS por sus siglas en inglés), el 26 de agosto de 1999. Por lo cual deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos.
México es un país donde predomina el machismo en múltiples sectores, la sociedad en su mayoría, tiene construcciones llenas de culpas, prejuicios, roles estereotipados y una inmensa necesidad de pertenecer a la “normatividad” y alejarse de patologías, porque quien no está “sano” está “enfermo”.
Los hombres con discapacidad son menospreciados por la sociedad, privándolos de las mismas oportunidades e impactando directamente a su masculinidad.
Ser mujer en México conlleva a luchar por un trabajo, por respeto, por equidad. La mujer con discapacidad es asexualizada y despojada de su vulva, a causa de construcciones machistas que la reprimen, causando doble discriminación.
El concepto de discapacidad usualmente lleva consigo la estigmatización. Si pudiéramos instruir a la sociedad a no transmitir juicios, a respetar, a valorar y mirar más allá de un concepto, podríamos visibilizar la importancia de los derechos sexuales a los que todos y todas tenemos derecho, incluidas las personas con discapacidad.
El derecho a la libertad sexual abarca la posibilidad de la plena expresión del potencial sexual de los individuos. La sociedad mexicana tiende a mirar al colectivo con discapacidad desde una óptica médico-asistencialista, omitiendo su potencialidad erótica y minimizando su decisión a ejercer su sexualidad sin prejuicios.
El placer sexual, incluyendo el autoerotismo, es fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual. Ahora, ¿qué es el erotismo? Es la capacidad personal de producir y comunicar cualquier forma de placer (deseo, excitación y orgasmo). Como dice el doctor David Barrios: “Al erotismo hay que conocerlo, aceptarlo y practicarlo”.
Reivindicar el derecho al placer erótico-afectivo y respetar la diversidad son factores irrenunciables del bienestar. Es necesario contar con especialistas formados en el campo de la sexología, que miren desde la discapacidad para potencializar las capacidades individuales, comprender y guiar los procesos de reintegración sexual con un enfoque existencial humanista que, sin transmitir juicios, permitan al consultante encontrar su propio camino hacia el bienestar, sin una mirada patologizante.
La sociedad mexicana tiende a mirar al colectivo con discapacidad desde una óptica médicoasistencialista, omitiendo su potencialidad erótica y minimizando su decisión de ejercer su sexualidad