CON MENOS OPORTUNIDADES
Las mujeres y niñas con discapacidad viven los efectos de la pobreza y enfrentan múltiples formas de discriminación.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 6% de nuestra población vive con algún tipo de discapacidad; 7.1 millones de personas que diariamente enfrentan retos adicionales para alcanzar una vida plena, tienen dificultades para acceder a espacios y servicios públicos, estudiar u obtener un empleo que les permita realizarse. Mientras que 53.5% son mujeres, de las que 27.2% tiene 60 años o más y 3.8% son niñas menores de 14 años; esto nos indica que la prevalencia de la discapacidad está aumentando con la longevidad.
Es necesario considerar que, para 2050, 26.5% de la población mexicana tendrá más de 60 años, lo que conduce a un incremento progresivo de la discapacidad originada por caídas, deterioro visual o auditivo o enfermedades crónicas no transmisibles. La Organización Mundial de la Salud refiere que, debido al aumento en la esperanza de vida en el mundo, cada uno de nosotros vivirá, cuando menos, siete años con algún tipo de discapacidad.
En nuestro país, el tipo de discapacidad más frecuente en las mujeres es la motriz, después la visual, y la causa principal es la enfermedad, seguida por la edad avanzada.
Las mujeres y las niñas con discapacidad viven desproporcionadamente los efectos de la pobreza a nivel mundial al enfrentar múltiples formas de discriminación y quedar excluidas de las mismas oportunidades de desarrollo e inclusión en la sociedad; por lo mismo, durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto se adoptaron diversas medidas con el objetivo de contar con leyes y políticas que protejan los derechos de las mujeres y las niñas con discapacidad, así como buenas prácticas para reducir las desigualdades que les afectan, como el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, que establece la perspectiva de género como estrategia transversal obligatoria e incluye la consideración de presupuesto específico.
Con las leyes en materia de discapacidad, infancia y adolescencia e igualdad entre mujeres y hombres, se adoptan medidas para asegurar los derechos humanos y las libertades fundamentales de mujeres y niñas con discapacidad, se regulan y garantizan la igualdad de oportunidades y de trato, y se promueven su empoderamiento y la lucha contra toda discriminación basada en el sexo o condición.
El Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, creado en 2011, establece la política pública para las personas con discapacidad, promueve sus derechos, inclusión y participación. Para ello, elaboró el Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad 2014-2018, que considera acciones específicas para la atención de mujeres y niñas con discapacidad.
Tres de sus objetivos son evaluados cada dos años por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Destaco de 2016, avances en la disminución del rezago en acceso a los servicios de salud, que en 2014 era de 16.4% y en 2016 de 12%; el rezago al acceso a la educación, que en 2014 era de 51.1% y en 2016 de 48.7%; el avance en el acceso al trabajo, con 32.5% en 2014 y, para 2016 de 39.04%.
Con los programas para la igualdad de oportunidades y no discriminación, y para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, se garantiza la igualdad de género y se erradican todas las formas de violencia contra las mujeres, considerando de manera especial su edad y su condición de discapacidad. Durante la presente administración se ha dado apoyo a 710 mujeres con discapacidad, víctimas de violencia.
Contamos con el Modelo de atención y cuidado inclusivo para niños y niñas con discapacidad en las 9,300 Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, beneficiando a 6,000 menores con discapacidad, de los cuales poco más de la mitad son niñas.
Reconocemos que tenemos retos y desafíos como, por ejemplo, proveer a las mujeres y niñas con discapacidad intelectual y psicosocial; reforzar la atención de las mujeres y niñas indígenas con discapacidad, que pueden ser objeto de formas múltiples e interrelacionadas de discriminación y exclusión social; así como, por el envejecimiento de la población, el incremento progresivo de mujeres con discapacidad que requieren atención especializada y de prevención.
En México, el tipo de discapacidad más frecuente en las mujeres es la motriz, seguida de la visual, y la causa principal de discapacidad es la enfermedad, seguida por la edad avanzada