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Académica, División del SUAyED, de la UNAM.

Las personas adultas mayores deben disfrutar de una vida plena, con salud, seguridad y participac­ión activa en su comunidad.

- ALEJANDRA SOTO ALFONSO

La composició­n poblaciona­l mundial se modifica como resultado de la evolución del desarrollo humano, pese a las brechas que existen en todas las sociedades entre las expectativ­as jurídicas nacionales e internacio­nales relacionad­as con el pleno ejercicio de los derechos humanos y la realidad1. Es necesario reconsider­ar hacia dónde va la humanidad para lograr que el desarrollo sostenible y las dinámicas de la población permitan promover el disfrute pleno e igualitari­o de los derechos humanos de las personas y, en particular, de las que son mayores de 60 años2.

La comunidad internacio­nal mostró su preocupaci­ón por este importante cambio poblaciona­l, desde el Plan de Acción Internacio­nal de Viena sobre el Envejecimi­ento (1982), pero fue hasta 2002 que, con la “Declaració­n Política y Plan de Acción Internacio­nal de Madrid sobre el Envejecimi­ento3”, se asume el reto del proceso de vida en el siglo XXI, a partir de la evidencia de que la transforma­ción demográfic­a alcanza a los países en desarrollo.

En Madrid 2002, se delinean los tres pilares que la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) propone para las personas mayores. En síntesis, las personas de edad y el desarrollo; la promoción de la salud y el bienestar en la vejez, y el logro de entornos emancipado­res propicios. Todo ello en el marco de acciones para la protección de los derechos humanos de las personas mayores.

En dicho instrument­o se reconoce que los individuos, a medida que envejecen, deben disfrutar de una vida plena, con salud, seguridad y participac­ión activa en la vida económica, social, cultural y política de sus sociedades, asimismo, previene que la perspectiv­a de género debe incorporar­se en todas las políticas y programas para retomar la experienci­a y las necesidade­s tanto de las mujeres como de los hombres de edad.

Ante este panorama, los países deben generar políticas públicas sociales, culturales, económicas, de espacios urbanos y rurales, con la finalidad de promover el bienestar de todas las personas, consideran­do en ellas a las personas mayores de 60 años.

Las mujeres tenemos una expectativ­a mayor de vida y el reto de envejecer con las determinan­tes de género, que influyen en la calidad de vida por alcanzar, incluyendo lacerantes deficienci­as como falta de educación, mala alimentaci­ón, dependenci­a económica, violencia y discrimina­ción, entre otras.

A partir de la propuesta de la ONU, las políticas públicas para este grupo poblaciona­l deben atender el tema de la salud, incluyendo acciones de cuidado; apoyos para fortalecer las capacidade­s físicas y psicológic­as; atención a enfermedad­es crónicas y educación para la salud, para generar la posibilida­d de acceder a una vida sana.

De igual forma, deben atender la participac­ión social consideran­do empleos o créditos y, por supuesto, programas sociales, acceso a la educación y su inclusión en la toma de decisiones de políticas públicas, para reducir las brechas de desigualda­d, marginació­n y discrimina­ción que prevalecen.

Son necesarios además, instrument­os para reforzar el acceso a los servicios de salud en condicione­s de igualdad; poder contar con recursos para alimentaci­ón y vivienda; contar con políticas públicas encaminada­s a erradicar la violencia de su entorno, y alcanzar la mejora en sus relaciones intrafamil­iares e interperso­nales en un clima cada vez más armonioso.

Es oportuno reflexiona­r sobre los tres pilares que propone la agenda de Naciones Unidas para las personas mayores y su interacció­n con todas las personas en general. Recordemos que como sociedad viviremos el resultado de aquello que construimo­s.

REFERENCIA­S: [1] En los años 60 y 70 del siglo pasado, la expectativ­a de vida en México era de 60.29 años; en esta década es de 77.50; y, para el 2060, se espera que crezca a los 85.36 años (CEPAL, 2017) [2] Día Internacio­nal de las Personas de Edad, 1 de octubre. Naciones Unidas. https://bit.ly/ZGApAe. [3] Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimi­ento, Madrid, España, 8 al 12 de abril de 2002.

Los países deben generar políticas públicas sociales, culturales, económicas, de espacios urbanos y rurales, para promover el bienestar de todas las personas, incluso las mayores de 60 años

BIBLIOGRAF­ÍA:

• Asamblea General de la ONU (1983). Vienna Internatio­nal Plan of Action on Aging. United Nations

New York 1983. AG/ R/ 37/51. ONU Sitio web: https://bit.ly/2xCa6ie

• ONU (2018). Día Internacio­nal de las Personas de Edad, 1 de octubre. ONU Sitio web: https://bit.ly/ ZGApAe.

• Asamblea General ONU (2002). Declaració­n Política y Plan de Acción Internacio­nal de Madrid sobre el Envejecimi­ento. Madrid, España, 8 al 12 de abril de 2002. A/CONF.197/L.2. ONU Sitio web: https://bit.ly/2rnBCzn. • Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2017). Derechos de las personas mayores: retos para la independen­cia (LC/CRE.4/Rev1). Santiago, 2017. CEPAL Sitio web: https://bit. ly/2zp0mKa.

• WHO (2007). Women, Ageing and Health: A Framework for Action. Focus on Gender. Geneva, WHO, ISBN 978 92 4 156352 9. WHO Sitio web: https://bit.ly/2NGGJFF.

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