Coordinador Nacional de PROSPERA.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2017 residían en México 13 millones de adultos mayores (AM). De estos, 54% son mujeres; 25% reside en localidades rurales; asimismo, 1.6 millones viven solos y de estos, 63% son mujeres; 4.8 millones aún trabajan y de ellos, 75% lo hace de manera informal. Hoy, las y los adultos mayores representan más de 10% de la población y el número crece muy rápido; para 2050, representarán 25% y 20% del total de mujeres y hombres, respectivamente.
El reto es grande. No obstante, considero que existen bases sólidas para enfrentarlo. Nuestro marco legal establece con claridad las responsabilidades del Estado. La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores garantiza a los adultos mayores: i) tener una “vida de calidad”; ii) “recibir protección por parte de la comunidad, la familia y la sociedad, así como de las Instituciones federales, estatales y municipales”; iii) “tener acceso a los satisfactores necesarios para su atención integral”, entre otros.
Por su parte, la Ley General de Desarrollo Social señala que la Política Nacional en la materia debe considerar a la seguridad social, y el derecho a su acceso debe formar parte de la medición oficial de la pobreza.
Respecto de la política de desarrollo social, destaca el programa Pensión para Adultos Mayores (PAM), cuyo objetivo es mejorar el bienestar económico y social de los AM que no reciben ingreso mensual superior a 1,092 pesos por jubilación o pensión contributiva. Además, el PAM realiza acciones para aminorar el deterioro de la salud física y mental de sus beneficiarios (5.1 millones de AM) y brindarles protección social (credencial del INAPAM o acceso a Seguro Popular).
Aunque no tiene como propósito su atención, el Programa de Inclusión Social (PROSPERA) beneficia indirectamente a los AM al actuar a través de sus hogares. De los 6.9 millones de familias PROSPERA, más de 750,000 cuentan por lo menos con un AM y estos suman en el padrón poco más de un millón de personas.
Mensualmente, los hogares PROSPERA reciben un apoyo monetario para alimentación y otro por cada AM registrado en el hogar. En el esquema de atención con corresponsabilidad, todos los integrantes tienen acceso a servicios de salud preventiva con intervenciones acordes a su etapa de vida. Mediante acciones de coordinación, PROSPERA facilita el acceso de sus beneficiarios a otros programas de desarrollo social del Gobierno Federal. Por ejemplo, 100% de la población PROSPERA ya cuenta con acceso al Seguro Popular, se les brinda orientación sobre los beneficios del INAPAM para los AM y se promueven acciones para el envejecimiento digno.
Lo anterior es un ejemplo de cómo enfrentar el reto que nos espera. Hay que actuar coordinadamente y priorizando la atención hacia la población en pobreza, que al concentrarse en PROSPERA, posiciona a este como una plataforma desde la que es posible acceder a la población objetivo de manera ágil y efectiva. Hoy es oportuno aceptar el gran reto al que nos enfrentamos en la atención a los AM, pero también es justo reconocer los avances al respecto y las posibilidades que tenemos para encararlo con éxito, aprovechando los mecanismos e instrumentos que han probado su funcionamiento y que a lo largo de décadas hemos construido los mexicanos.
Es justo reconocer los avances y las posibilidades que tenemos para encarar con éxito el reto en la atención a los AM, aprovechando los mecanismos e instrumentos que han probado su funcionamiento