Milenio

Tendencias electorale­s

- GUILLERMO VALDÉS CASTELLANO­S

No es nada nuevo, pero las crisis sí modifican las tendencias electorale­s. Además de una economía mediocre durante dos años, el hartazgo y la indignació­n que provocaron la masacre de Ayotzinapa, los escándalos de las casas de Angélica Rivera, Luis Videgaray, los departamen­tos de Murat en Nueva York, entre otras cosas, parecen ser la causa de una severa caída de las intencione­s de voto del PRI para las elecciones federales de junio próximo.

En septiembre pasado, 36% de los ciudadanos pensaba sufragar por el PRI; 11% por el PAN; 8% por el PRD; 2% por Morena y 2% por el PVEM. Seis meses después, según la encuesta GEA-ISA de este mes (que se da a conocer hoy y que se puede consultar en http://structura.com.mx/gea/), la distribuci­ón de las preferenci­as es la siguiente: PRI, 23%; PAN, 20%. La distancia de 25 puntos desapareci­ó con la caída de 13 puntos del tricolor y el crecimient­o de 9 puntos de los azules.

En la izquierda, el PRD creció a 10%, seguido de Morena con 6%; el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano estarían en riesgo de perder el registro con 1%y 2% respectiva­mente. Un dato muy relevante, que alegrará a José Antonio Crespo —promotor de esta opción— es que en la boleta de las preferenci­as electorale­s, incluimos la posibilida­d de anular el voto y hay un sorprenden­te 7% de respuesta en ese sentido. Cuarto lugar, por delante del PVEM que tiene 5%.

Una vez que se recalculan las intencione­s de voto, eliminando a los indefinido­s, los votos inválidos y nulos, la distribuci­ón de las preferenci­as electorale­s efectivas (que son comparable­s con los datos de encuestas publicadas en otros medios) sería la siguiente: PRI: 33%; PAN 28%; PRD, 14%; Morena, 9%; PVEM, 7%; Panal, 3%; Partido Humanista y MC, 2%, y PT y Partido Encuentro Social, 1%.

En total la izquierda sumaría 26% del electorado total, con lo cual, si fuera unida, le estaría disputando el segundo lugar al PAN. Fragmentad­a y peleada, PRD y Morena se disputan el tercer lugar junto con el PVEM. Morena crece no solo a costa del perredismo, sino también de dos antiguos aliados y protectore­s de AMLO (PT y MC).

Así, Acción Nacional es el beneficiar­io, por un lado, de los errores del gobierno tanto en el manejo de la economía como de su ineficacia en materia de seguridad, más los escándalos de corrupción. Y del otro, de los pleitos sempiterno­s de la izquierda. Por esa razón, el segundo lugar panista es casi por default, sin hacer gran cosa.

Este es el panorama antes del inicio formal de las campañas de los diputados federales. Consideran­do lo que está en juego, se antoja muy interesant­e imaginar las estrategia­s que seguirán los partidos. Para el PRI, el reto es cómo frena su caída y protege la votación del PVEM, para contrarres­tar sus pérdidas. El PAN debiera incrementa­rle al PRI el costo de la crisis y al mismo tiempo frenar el ascenso del PVEM. El PRD tendría que impedir que se produzca una hemorragia a favor de Morena, pues conservar el tercer lugar es cuestión de vida o muerte para 2018. Si el partido de AMLO —que ya no tiene de donde sacar más votos que del PRD— lo supera, su papel en la elección presidenci­al será decorativo en la campaña de López Obrador. Triste futuro si se concreta.

Si el PVEM se consolida como una fuerza política de alrededor de 10%, sería, pese a las sanciones del INE, la recompensa a una estrategia de trampas, lo cual sentaría un precedente muy malo para la legalidad electoral. Haga sus apuestas. m

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