Fernández tilda de sinvergüenza al fiscal Nisman
Lo acusa de gastar recursos para salir con mujeres y de extorsionar a un subalterno
El jefe de gabinete argentino, Aníbal Fernández, tildó de “sinvergüenza” al fallecido fiscal federal Alberto Nisman por usar fondos del Estado para salir con mujeres cuando tenía a cargo la causa por el peor atentado de la historia del país.
Fernández afirmó que a Nisman “se le dieron los fondos para que descubriera los responsables” del ataque a la mutual judía AMIA perpetrado en Buenos Aires en 1994 y el fiscal “se mofó” en los 85 muertos “porque usó los dineros para salir con señoritas”.
El ministro coordinador reaccionó así a la información que publicó el diario Página/12, que adelantó que el asesor de informática Diego Lagomarsino, que le había prestado a Nisman el revólver del que salió el disparo por el que murió, declararía ante la Justicia que le daba al fiscal la mitad de su salario cada mes.
Lagomarsino presentó ayer, me- diante su abogado Maximiliano Rusconi, un escrito ante la fiscal del caso, Viviana Fein.
Fuentes que accedieron al documento presentado dijeron que la información entregada a la fiscalía confirma la existencia de la cuenta bancaria en el banco Merril Lynch de Nueva York, cuya titularidad era compartida por la madre de Alberto Nisman, la hermana del fiscal y Lagomarsino, indicó a su vez el diario La Nación en su edición en línea.
Además, añadió el periódico, Lagomarsino declaró que Nisman se quedaba con “una porción del sueldo de 41,000 pesos (unos 4,700 dólares)” que el asesor recibía como empleado de la fiscalía.
Esta información, conocida a dos meses de la misteriosa muerte de Nisman, desató la reacción del jefe de gabinete. “Están viralizadas las fotos del fiscal Nisman con varias señoritas, y para pagar ‘ñoquis’ (empleados que no trabajan) como Lagomarsino, al que le sacaba el 50 por ciento”, dijo Fernández.
El informático que dio el arma a la víctima entregaba a ésta 50% de su sueldo:
Nisman era “un sinvergüenza de los que pocos se han visto en este país”, añadió el ministro y dijo que Lagomarsino habría cometido “dos delitos muy claritos: malversación de caudales públicos, porque cobraba sin ir a trabajar, y cohecho por pagarle a un fiscal”.
Nisman murió el 18 de enero por un disparo en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero, uno de los barrios más exclusivos y vigilados de la ciudad de Buenos Aires. La Justicia aún no determina si el fiscal se suicidó o, como afirma su familia, fue asesinado.
La muerte ocurrió cuatro días después de haber denunciado a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, al canciller, Héctor Timerman, y a otros líderes kirchneristas por supuesto encubrimiento de iraníes acusados por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
En un primer momento el gobierno habló de suicidio, pero luego la mandataria dijo estar “convencida” de que el fiscal no se había quitado la vida. “No me asombra la catarata de agravios e insultos que caen sobre alguien que no se puede defender porque está muerto”, dijo ayer el fiscal Germán Moldes, quien analiza ratificar la denuncia contra la presidenta ante la Cámara Federal pese a que la misma fue rechazada en primera instancia.
Nisman “fue tratado de ‘pelele’ (pocas luces), marioneta, no estuvo protegido, como no lo estoy yo ahora”, añadió Moldes.
Nisman fue recordado ayer en un pequeño acto frente al Palacio de Tribunales al cumplirse dos meses de su muerte. m