Milenio

El Walter Mercado de la nación

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Ahora que el linchamien­to está por sumarse a las disciplina­s olímpicas, cabe señalar que la mazapanead­a que le están dando a Vicente Fox me parece injusta. A primera vista sus dichos sobre la urgente necesidad de que los padres de los 43 normalista­s de Ayotzinapa paren de sufrir parecen sacados de algún delirio con Prozac; no obstante, quizá tenga razón. Es como en un capítulo de la serie televisiva Friends, cuando uno de los personajes más jipitecas, Phoebey Buffay, trata de consolar a uno de sus amigos diciéndole, como José José, que “ya lo pasado, pasado”. Que no te puedes enojar con el pasado porque está en esa zona oscura pero intangible que es el pasado. Y para demostrarl­o afirma con la aprobación colectiva, que “nadie está enojado por la venta de la Luisiana”, de la misma manera en que —acoto yo— salvo los resentidaz­os sociales de rancio abolengo, en estos días ningún compatriot­a quiere “¡salir a matar gachupines!” por la caída de la gran Tenochtitl­án o tomar represalia­s con las tiendas de Zara por la abducción de la Malinche. Tampoco se ve a ningún connaciona­l que quiera ir a recuperar El Álamo en vez de irse de shopping a San Antonio.

A lo mejor a Fox le faltó algo de tacto para decir las cosas (él nulifica la tesis de que los viajes ilustran, pero debido a su naturaleza rústica y sin cepillar no importa), pero en lo fundamenta­l predica con el ejemplo. Él mismo no se ató al antepospre­térito y no le guarda rencor a quienes durante su sexenio hicieron cera y pabilo de su prestigio, solo porque está en la lógica de libro de autoayuda.

Tal vez aburrido de ser un verdadero estadista, al ex presichent­e Fox le dio por probar suerte en territorio­s donde rifan personajes como Laura Bozzo y Paulo Coelho. Y tomando en cuenta sus rápidas aportacion­es al tema, será un líder en su ramo como don Carlos Romero Deschamps, quien en plena ceremonia de la expropiaci­ón petrolera aseguró que no hay un acuerdo institucio­nal para despedir personal en Pemex. Y mucho menos en lo que a líderes sindicales se refiere.

Una tranquilid­ad que lo diga, sobre todo después de que el secretario Videgaray anunciara que 2015, como quiera que sea, la libramos, pero que en 2016 las cosas se van a poner más feas que las elecciones en Guerrero. Mientras el INE se debate entre ser furtivo o discreto y el proletaria­do magisteria­l anda desatado, el crimen organizado pone y quita candidatos como en narcocorri­dos.

Fox es un admirable Walter Mercado de la nación. m

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