Un primer paso contra los violentos impunes
El mediodía de ayer, en el Estadio Azteca, el presidente de la Liga MX, Decio de María, presentó el Manual “Estadio Seguro”, una serie de reglas, de carácter obligatorio, que deben seguirse para evitar hechos violentos en los 31 estadios que sirven de escenario al futbol profesional en todo el país.
Acompañaron a Decio la mayoría de las directivas de los equipos de la Liga MX y el Ascenso MX, pero también autoridades tan destacadas como el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Entre las exigencias estará que todos los estadios cuenten con cámaras de circuito cerrado interno y externo, así como la integración de un centro de mando formado por las distintas autoridades responsables de la autoridad en cada entidad.
Es una medida que merece ser aplaudida y reconocida. De esto no debe de quedar duda alguna.
Pero siendo un paso importante no debería de llevarnos a pensar que con ello se erradicará la violencia que muy a menudo se viene haciendo presente en los estadios de futbol y en sus inmediaciones cada que hay un partido que involucre a equipos con aficionados radicales.
¿De qué serviría tener videograbados o fotografi ados a los violentos si después no hay capacidad para hacer nada contra ellos?
Y no sólo me refiero a tenerlos encarcelados, sino a que si la sanción consistiera en que no regresaran a las tribunas de un estadio por algún tiempo o de por vida (como ha sucedido en otros países), no hay manera de garantizar que eso pudiera concretarse. Simplemente no se cuenta con una tecnología de identificación de huellas dactilares.
Pero repito, hay que celebrar que la Liga MX y las autoridades gubernamentales que tienen bajo su jurisdicción esos estadios, se hayan puesto a trabajar en un proyecto que seguramente implicó muchas horas de esfuerzo.
Tomémoslo como un primer paso de una larga carrera contra quienes han vivido por años en la impunidad.