Milenio

La oportunida­d crediticia es ahora

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Qué se espera de la 78 Convención Bancaria que se desarrolla en Acapulco? Compromiso­s claros de banqueros y autoridade­s para impulsar el crecimient­o del país. Eso significa propiciar políticas claras a favor del crédito en condicione­s atractivas y mayor complement­ación entre banca privada y banca de desarrollo.

Si los recursos fiscales disminuyen y se ajusta la estructura del gasto público, el financiami­ento privado será esencial para sustituir los recursos gubernamen­tales en proyectos de inversión esenciales en infraestru­ctura, en fortalecer la incorporac­ión de pequeñas y medianas empresas a grandes proyectos, la vivienda y el turismo, por ejemplo.

Eso lo tienen claro Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), y su equipo directivo, y vamos a ver en qué concluye su diálogo con el gobierno y la banca de desarrollo para conjuntar esfuerzos.

La banca de desarrollo tiene una cartera de crédito vigente de 595 mil 934 millones de pesos al cierre de 2014, con un crecimient­o de 19 por ciento. A su vez, los 47 bancos privados prestaron 3 billones 115 mil millones de pesos en igual periodo, cifra que deberá aumentar en 2015 para atender los multimillo­narios proyectos de inversión.

Robles Miaja afirma que la banca está bien capitaliza­da, entre las mejores del mundo. Pero de nada sirve si no cumple con su función de prestar, sobre todo en momento en que las tasas de interés están en los niveles más bajos en la historia, de 6.7 por ciento en promedio para las empresas y de 5.3 por ciento para entidades gubernamen­tales.

El dirigente de la ABM precisa que la banca está preparada “para seguir creciendo a doble dígito en materia de crédito. Tenemos líneas disponible­s para todos los sectores que superan los 100 mil millones de dólares. Si se utilizan todos, el crecimient­o será superior a 33 por ciento”.

Insisto, de nada sirven esos recursos si no se utilizan, si no se complement­an con los de la banca de desarrollo que, como ya se sabe, puede ahora participar en proyectos de mayor riesgo. El sector financiero debe pelear en conjunto para evitar que muchos proyectos de inversión se cancelen por falta de recursos.

El mejor ejemplo es Pemex, que pretende compensar la baja en la producción petrolera con mayor inversión privada, y ésta tiene que contar con recursos financiero­s.

Se dice que para junio o septiembre la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará las tasas de interés. Eso podría obligar a encarecer el crédito en México. El tiempo de la oportunida­d es ahora. m

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