Industria del diamante espera no perder brillo
La mayoría de los analistas se mantiene optimista sobre los fundamentos del sector, donde el suministro se considera limitado, pero se proyecta un aumento de la demanda
Este mes la industria del diamante hace la evaluación después de uno de sus periodos de ventas más intensos. Las festividades del Año Nuevo chino ahora son parte de una de las temporadas más activas en la comercialización de piedras pulidas, tres meses de dar regalos que también comprenden Navidad y el día de San Valentín.
Los informes totales todavía están por llegar, pero la cautela está en el aire. La industria espera ver si las ventas de piedras pulidas le darán el suficiente ímpetu al mercado de diamantes en bruto para corregir la reciente debilidad en el “flujo” de las minas a las tiendas.
Muchos mineros de diamantes se quejan de que el flujo, en palabras de Johan Dippenaar, presidente ejecutivo de Petra Diamonds, muestra signos de “indigestión”.
Por lo general, el comercio de diamantes sigue un ciclo predecible y estacional, el flujo de las piedras de las empresas mineras a los diamantistas (las personas que tallan o venden las gemas) —a través de subastas, licitaciones o ventas sightholder (clientes que se encuentran en una lista y que se dedican a la compra o venta al mayoreo de diamantes en bruto) de De Beers— y después llegan al cliente.
Pero recientemente las piedras pulidas no llegan a los mercados de consumo con la suficiente rapidez, lo que hace que los diamantistas no estén dispuestos a reponer los niveles de inventarios que los mineros de diamantes esperan. Las ventas al consumidor de Navidad fueron más débiles de lo que esperaban muchos en la industria.
Paul Rowley, director de ventas sightholder de De Beers, dice sobre los resultados de fin de año de la compañía: “Vimos que el mercado empezaba a llenarse un poco de productos... vimos un pequeño excedente de diamantes hacia finales de año que nos mostró desaceleración en nuestras ventas”.
El retraso en la demanda para nuevos productos llegó al punto en que De Beers, de forma inusual, le dijo a sus sightholders que no tenían que comprar sus asignaciones totales en la primera sight (las vistas son las ven- tas periódicas de De Beers para este tipo de clientes) del año en Gaborone, Botswana, en enero (con 10 sights cada año, la compañía vende sus diamantes en bruto a compradores invitados). En vez de eso, algunos eligieron aplazar parte de sus asignaciones hasta ventas posteriores. “Reconocemos que tal vez hay... una serie de problemas estructurales”, dice Philippe Mellier, presidente ejecutivo de De Beers.
Las dificultades no parecen estar conectadas a la crisis de las materias primas en general, donde la sobreoferta de algunos recursos y la disminución de la demanda industrial golpearon los precios.
La mayoría de los analistas del mercado de diamantes se mantiene optimista sobre los fundamentos, donde el suministro se considera limitado y se proyecta un aumento de la demanda. De Beers proyecta un crecimiento de mercado de entre 3 y 4 por ciento este año.
Pero los precios se estancaron. Dippenaar informa que los precios igual a igual que alcanzaron los diamantes cayeron entre 8 y 9 por ciento en los últimos seis meses de 2014.
Si continúa débil la demanda global de consumo se puede culpar a la fortaleza del dólar estadunidense. Para los consumidores en Japón y Europa, la debilidad de la moneda aumenta el precio de las gemas pulidas. Previsión de crecimiento para la industria del diamante en este año que realiza la empresa sudafricana del ramo De Beers Caída en los precios del diamante que se registró durante los últimos seis meses del año pasado, informó Petra Dimonds Financiamiento anual que requiere el sector para continuar su operación, según afirman cercanos al mercado quejan de que el flujo muestra signos de “indigestión” llegan a los mercados de consumo con la suficiente rapidez
Pero otras razones para la “indigestión” son una combinación de factores específicos de esa industria. Una es la reducción en el financiamiento para el comercio de diamantes, que afecta la capacidad de los diamantistas para financiar las ventas de piedras en bruto y mantener el inventario. Los bancos redujeron su exposición al comercio de diamantes. En septiembre, el Banco de Diamantes de Amberes, una división de KBC de Bélgica, dijo que empezará a disminuir sus préstamos después de no lograr completar su plan de ventas.
Un experimentado participante de la industria del diamante, que solicitó el anonimato, dice que ahora los bancos ofrecen 3 mil millones de dólares menos de lo que hicieron en un mercado en bruto que necesita alrededor de 14 mil mdd en financiamiento. “Las pequeñas empresas no pueden cambiar rápidamente”, dice.
Un motivo que se relaciona con la disminución de financiamiento es la creciente expectativa de los bancos —así como de De Beers— de que los diamantistas cumplan con los estándares internacionales de responsabilidad y otras medidas para aumentar la transparencia. Los comerciantes que no cumplan pueden tener más dificultades para obtener financiamiento o comprar.
El flujo de los diamantes se limitó por un volumen mayor al esperado de piedras que pasan por los laboratorios del Instituto Gemológico de América (GIA, por su sigla en inglés), uno de los organismos más confiables para verificar la autenticidad de los diamantes.
El GIA dice que vio un gran aumento de “solicitudes de servicio” que superaron su capacidad en aproximadamente 25 por ciento en 2014, a pesar del aumento en productividad. Una de las razones que citaron las personas familiarizadas con el mercado es la creciente preocupación de que los diamantes sintéticos —que se producen artificialmente en lugar de extraerse de las minas— pudieron entrar en la cadena de suministros, aunque la idea la descartan otros participantes.
Las empresas mineras de diamantes prefieren ver hacia adelante. Dippenaar dice que la primera licitación en bruto de Petra este año sugiere “buenos niveles de interés y condiciones de mercado ligeramente más firmes”, con la expectativa de un precio más firme hacia mitad del año.
Lo que es seguro, dice Dippenaar, es que “fueron seis meses donde todo conspiró contra el precio de los diamantes”.