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- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA lopezdorig­a@milenio.com Twitter: @lopezdorig­a Web: lopezdorig­a.com

La reforma política del Distrito Federal ha sido un tema permanente, pero acentuado a partir de las campañas para la Jefatura de Gobierno, tras la reforma zedillista de 1996. Lo fue de Cuauhtémoc Cárdenas, que ganaría aquellas primeras elecciones para un trienio que no cumplió, pues marchó antes por su segunda candidatur­a presidenci­al en 2000.

También de Andrés Manuel López Obrador, pero marginalme­nte, pese a que en la ligereza de Vicente Fox podía haber encontrado el mejor aliado, pero no supo, no pudo o ya, de plano, ni quiso. Su prioridad era entonces, como hoy, ser Presidente de la República.

Con el arribo de Marcelo Ebrard al cargo en 2006, volvió a tomar fuerza y a ser tema pero de nuevo, y como todos sus antecesore­s, estaba con la mira puesta en la candidatur­a presidenci­al, que al fi nal cedió a López Obrador para su segundo intento en 2012.

Ahora en 2015, cuando Miguel Mancera, que tiene la enorme ventaja de que hay quienes lo subestiman, que eso en política es un haber, empezó desde abajo con la reforma que llevó como aliados al coordinado­r de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, y a los mismos Chuchos, siendo éste de la reforma uno de los pocos temas de concordanc­ia en ese partido.

Pero tuvo que correr el primer año de esta legislatur­a, y nada, como en el segundo y cuando parecía que tampoco en el tercero, que hoy termina su último período ordinario, en la víspera, el Senado, con una mayoría abrumadora, aprobó la reforma que convierte al Distrito Federal en el estado 32 y en la Ciudad de México, con Congreso y Constituci­ón propios, entre otros muchos aspectos, lo que, sin duda, es la mayor victoria política de Miguel Mancera que lo coloca en otro plano.

Ahora, ¿que la reforma pudo ser mejor? Sin duda, como todas las reformas. ¿Pero que es un avance de la situación actual? También.

La virtud de una reforma, además de modificar el estatus vigente, es que abre la puerta para las siguientes.

No hay reforma mejor ni definitiva. Las reformas son entes vivos y están para cambiar y, sobre todo, para mejorar.

RETALES 1. FRENAZO. No transitó la reforma del Distrito Federal en la Cámara de Diputados. Ni el PAN ni el PRI le iban a dar esa baza electoral al PRD y a Miguel Mancera. Pero ya es irreversib­le;

2. OUT. Batallaron en el TEPJF, las primeras rondas daban empate a tres, pues hay una vacante, pero al final por cuatro votos a uno, retiraron la candidatur­a de Marcelo Ebrard a diputado plurinomin­al por Movimiento Ciudadano; y 3. CUENTAS. No le salen los números a David Razú, candidato del PRD a la delegación Miguel Hidalgo. Se pasó en el tope de gastos de precampaña y ahora, en la de campaña. Su candidatur­a está en riesgo. Y el más preocupado es Víctor Romo, que sigue mandando en esa delegación. m

Nos vemos mañana, pero en privado

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