Signos vitales…
Dentro de 38 días podremos conocer los signos (políticos) vitales del país. El 7 de junio se manifestarán —medibles— diferentes intereses, actitudes, fortalezas, debilidades. Sabremos, entre otras cosas, cuánto pesa, a estas alturas del siglo XXI, el voto duro de los tres principales partidos del país:
Si queda algo del famoso voto verde del PRI en donde todavía existen campesinos manipulables: Veracruz, Puebla, Durango, Zacatecas, Chiapas, Yucatán e Hidalgo. También si en el Occidente del país aún participan los restos ideológicos de la Cristiada, y cuánto aportan al PAN en Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Michoacán, Jalisco y Colima. También cuántos electores continúan fieles a los exitosos programas populistas del PRD en el Distrito Federal y la Cuenca Chalco-Texcoco.
Sabremos, así mismo, cuántos siguen considerando a López Obrador como líder. Cuánta presencia conserva su carismática personalidad y dónde están ubicados sus simpatizantes.
Conoceremos a cuántos incautos ha engañado el Partido Verde. Quiénes son y dónde viven los electores alucinados por la frivolidad que difunde la televisión. Sabremos, por ejemplo, cuántos chiapanecos consideran la grotesca telenovela de Manuel Velasco como amor verdadero.
Sabremos si el PRD puede competir con Mancera como candidato a la Presidencia, y si es capaz de derrotar a los morenos en el DF.
También presenciaremos qué tanto se consolida el fenómeno Alfaro en Jalisco y la oposición en Colima.
Sabremos cómo resuelven el PRD y el PRI el resumidero guerrerense.
Conoceremos si Nuevo León quiere más del mismo PRI o buscará nuevas opciones, igual que lo harán los electores de Querétaro y San Luis Potosí.
Observaremos el final de la singular carrera parejera de Michoacán.
Confirmaremos si en Campeche el PRI resulta, otra vez, mayoría.
Tomaremos nota del desenlace en la batalla por Sonora, donde se enfrentan en el lodo dos facciones priistas con vistas a la sucesión presidencial.
Así que el próximo resultado electoral, además de definir el nuevo mapa político, abrirá o dificultará el camino a López Obrador, Mancera, Madero, Moreno Valle, Manlio, Osorio, Nuño y Videgaray.
Finalmente, atestiguaremos —mediante los índices de participación— si el corazón de México aún late esperanzado en la democracia electoral.
O si, harto del circo y la corrupción, volteará hacia otro lado.