Jorge Ramos
Adistancia se mira con otra perspectiva. Lo saben organismos internacionales en derechos humanos y libertad de expresión, cuyos informes molestan tanto al gobierno de este país. Lo sabe Alejandro G. Iñárritu. Y lo sabe Jorge Ramos, el periodista mexicano reconocido en la portada de la revista Time como uno de los 100 líderes más influyentes del mundo.
Ramos levantó la copa durante la gala de Time en Nueva York y brindó: por los periodistas mexicanos despedidos de su trabajo después de denunciar casos de corrupción en los niveles más altos del gobierno; por los presos políticos en Venezuela y por los dreamers en Estados Unidos “que creen que los derechos de los migrantes son derechos humanos”. Al abordar el tema de la casa blanca, aseguró: “En cualquier país con un poco de estado de derecho el Presidente hubiera sido forzado a renunciar” y luego, en español, agregó: “Señor Peña Nieto, comprar casa a contratistas y luego darles millones de dólares en contratos, eso es corrupción…”, y demandó su renuncia. En entrevistas posteriores habló de la prensa cooptada por Los Pinos. Paradójicamente, a algunos les ofende más esta crítica que los hechos que denuncia el periodista.
Ramos es de los que no se callan y, lejos de adaptarse para sobrevivir, opta por los riesgos que exige la congruencia. Como Goytisolo cuando dice: “Prefiero equivocarme por mi cuenta que tener la razón por consigna”. Salió de México en 1983 ahuyentado por la censura y empezó a tocar puertas. Desde 1986 conduce el Noticiero Univisión, el más escuchado por la comunidad hispana en Estados Unidos. Ha entrevistado a los principales jefes de Estado e intelectuales de nuestro tiempo. Ha cubierto cinco guerras, el S/ 11, la caída del muro de Berlín, el fin del apartheid y el de la URSS, movimientos guerrilleros y desastres naturales. Tiene diez libros publicados y más de 20 premios internacionales, como el Maria Moors Cabot Award de la Universidad de Columbia.
En un libro dedicado a sus hijos, comparte su filosofía: jueguen siempre, experimenten, aprendan algo nuevo, venzan la timidez, miren, actúen, comprométanse, métanse en la vida, viajen, “llénense de planeta”. No vivan con miedo, tomen riesgos, no sean una víctima, aprendan a decir que no, tomen grandes decisiones con tranquilidad, no se angustien por cosas pequeñas, hagan las cosas a tiempo, no vivan sin pasión, el diálogo lo resuelve todo, trasciendan, sean líderes, sean independientes, sean ustedes mismos…
“No creo que la vida tenga sentido, hay que dárselo”, dice. m