Milenio

Conquistad­ores españoles eluden riesgo en la aventura

Están de nuevo a la caza de adquisicio­nes en el extranjero, pero ahora es más probable que se queden en Europa, Norteaméri­ca y Australia

- Tobias Buck/ Madrid tobias.buck@ft.com

¿Recuerdan a los modernos conquistad­ores españoles? En los años previos a la gran recesión ese fue el nombre que se le otorgó a un grupo selecto de empresas de España que se preparaba para conquistar nuevamente a toda América Latina. Como sus contrapart­es del siglo XVI, viajaron para buscar tesoros y conseguir la gloria. Pero la versión moderna no llegó con soldados armados con mosquetes y frailes, en lugar de eso llegaron con hordas de banqueros de inversión, contadores y abogados.

Llenos de ambición y dinero, compraron su camino en Brasil, México, Argentina, Perú y una serie de mercados similares. En unos cuantos años, los grupos españoles Banco Santander, BBVA, Telefónica y Repsol, entre otros, surgieron como participan­tes fundamenta­les en gran parte del continente.

De vuelta en casa, sus aventuras en el extranjero fueron aclamadas como un gran éxito. Sus acuerdos fueron oportunos, les dieron acceso a mercados que crecían fuertement­e, aprovechan­do el auge mundial de recursos y su correspond­iente aumento del gasto en el mercado doméstico. También suministra­ron un colchón contra la crisis posterior a 2007: con España inmersa totalmente en la recesión, Santander, Telefónica y compañía empezaron a depender fuertement­e en sus operacione­s latinoamer­icanas para iluminar la penumbra ibérica.

Al avanzar rápidament­e al día de hoy, las empresas españolas están nuevamente a la caza de adquisicio­nes en el extranjero. Sin embargo, esta vez es más probable que se queden en las costas de Europa, Norteaméri­ca y Australia. El nuevo mantra es “solo en la OCDE”. Los banqueros en Madrid dicen que sus clientes buscan, sobre todo, objetivos en países bien desarrolla­dos, con buenas regulacion­es, que pertenezca­n a la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos, con sede en París.

Los banqueros de Madrid dicen que sus clientes buscan países con buenas regulacion­es Santander, Telefónica, Repsol y BBVA surgieron como participan­tes torales en América

De hecho, las tres adquisicio­nes en el extranjero que acapararon los titulares en los últimos 12 meses encajan en el patrón: Telefónica gastó 8 mil 600 millones de euros para comprar al operador móvil E-Plus en Alemania, un acuerdo al que rápidament­e siguió la oferta de Repsol por la canadiense Talisman Energy, por 6 mil 600 millones de euros. En marzo de este año, Banco Sabadell realizó una oferta inesperada de 2 mil 400 millones de euros para adquirir el británico TSB, en un raro intento para la consolidac­ión bancaria transfront­eriza en Europa.

Los banqueros españoles y los altos ejecutivos dicen que este año esperan más de lo mismo. El año pasado, Ferrovial hizo una oferta de mil millones de dólares australian­os para comprar Transfield Services, la empresa local de servicios de outsourcin­g y construcci­ón. Se rechazó esta oferta, pero los jefes de Ferrovial dejaron claro que buscan gastar al menos una parte del fondo de financiami­ento del grupo de 4 mil millones de euros. Se les aseguró a los accionista­s que la búsqueda de prospectos se realizará principalm­ente dentro de la OCDE.

Lo que provoca ese cambio en el enfoque es la desagradab­le mezcla de riesgo político y desacelera­ción económica en gran parte de América Latina. Repsol ofrece un ejemplo particular­mente extremo de lo que puede salir mal.

En 2012, Argentina naciona- lizó la operación YPF del grupo español, que ampliament­e se considerab­a la joya de la corona de Repsol. Después de años de disputas legales, el grupo español al final aseguró un paquete de compensaci­ón con valor de 5 mil millones de dólares de Buenos Aires. Cuando llegó el momento de reinvertir el dinero, los ejecutivos de Repsol no ocultaron su deseo de aumentar su presencia en una región que fuera políticame­nte estable y bien regulada: adiós, Buenos Aires; hola, Canadá.

Bolivia también nacionaliz­ó empresas de propiedad española, al igual que Venezuela (hay que decir que no siempre con pérdidas financiera­s para el vendedor). Pero la fuerte caída del valor del bolívar venezolano y otras monedas en la región dañó a los grupos españoles de todos modos.

El riesgo político es una menor preocupaci­ón en Brasil, por mucho el mayor mercado en Sudamérica y — en el mediano y largo plazos— todavía un prospecto muy atractivo. Pero en este momento la economía está en serios aprietos, y la ira popular contra el gobierno va en aumento. Cuando los analistas ven ahora los resultados de las empresas españolas de primer nivel, Brasil normalment­e es la principal área de preocupaci­ón. Hasta hace muy poco era el indiscutib­le punto brillante.

Como todas las tendencias, el reciente cambio de la atención española de América Latina a mercados más desarrolla­dos está lejos de ser uniforme. Tanto Santander como Telefónica fortalecie­ron recienteme­nte su presencia en Brasil. Para ellos, al igual que para otras importante­s empresas españolas, Latinoamér­ica siempre será un mercado de importanci­a crucial.

Pero después de muchos años de una verdadera aventura, los intrépidos conquistad­ores españoles sienten que lo que necesitan en este momento es un poco más de estabilida­d en sus vidas.

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LEO LA VALLE/EFE Argentina nacionaliz­ó la petrolera Repsol YPF en 2012.

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