PRESUPUESTO CERO Y PRE-CRITERIOS: ¿UN DESAFÍO POSIBLE?
(Tercera y última parte)
En un lapso de 20 días el secretario de Hacienda ha ido variando su juicio sobre la situación del país y su futuro. Inicialmente, el 29 de marzo indicó: “debemos prepararnos para escenarios desfavorables”, así en abstracto. Luego, el 23 de abril aseveró: “los mexicanos tenemos que ajustarnos ante una nueva realidad”; tales ajustes son los, por él calificados, “preventivos” y significan lisa y llanamente “recortes”, y éstos, como él mismo ha reiterado, deberán quedarse durante varios años. Si los egresos se verán reducidos por la baja en los precios del petróleo, algo similar deberá operar en el gasto. Esa es ya la nueva realidad presupuestal y los Poderes de la Unión, los tres órdenes de gobierno y las organizaciones públicas deberán funcionar con ella, universidades e IES públicas incluidas.
De los planteamientos y datos expuestos en las dos partes de esta serie, podrían extraerse ya algunas conclusiones:
• El Presupuesto Cero modifica sustancialmente una tradición de incrementos constantes solo interrumpida en 2009. Aunque no se acceda a una versión ortodoxa del mismo, sin duda se traducirá en una reducción sensible (124 mil en 2015 y 133 mil millones de pesos en 2016), aparte de lo que signifique la llamada “reingeniería presupuestal”.
• Las dificultades para un Presupuesto Cero tienen que ver con el incremento que ha tenido el gasto corriente gubernamental y los llamados “rubros ineludibles”. El primero (integrado principalmente por nómina, gastos de operación y subsidios), constituyente de tres cuartas partes del gasto del sector público, creció a una tasa real anualizada de 5.2 por ciento entre 2000 y 2013 , significando esto pasar de 10.9 a un 15.2 por ciento del PIB. Una buena proporción de este crecimiento se dio en función de ordenamientos legales y ahora se consideran gastos ineludibles. Algunos organismos como el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A. C., estiman que solo se podrá “mover con libertad” para el próximo año el 5.3 por ciento del PEF y, después, el 21 por ciento si se modifican varios ordenamientos legales (D. Patiño y Z. Flores, El Financiero, 25 de marzo). Otras entidades, como Fundar, expresa que el Presupuesto Cero es “casi una revolución en materia de presupuesto público . . . (pero) parece una tarea imposible” de lograr. ( L. Carrillo, Reforma, 20 de abril).
• Dentro de esos rubros “ineludibles” del gasto corriente están algunos que han crecido desmesuradamente. Uno es el de pensiones, mismo que pasó de 154 mil millones de pesos (mmp) en 2008 a 523 mmp en 2014. ¡Más del triple en seis años! Otro es el de salarios de los Tres Poderes de la Unión, mismos que saltaron de 392 mmp en 2000 a más de un billón de pesos en 2014. ¡Un 152 por ciento de crecimiento en 14 años! El pago de las pensiones es obligatorio y no hay nada que se pueda hacer. Los salarios pueden reducirse, particularmente en mandos medios y altos, y sería un buen ejemplo y una sensible reducción; en esos niveles, según la OCDE (C. F. Vega, La Jornada, 23 de abril) México supera, por más del doble, en promedio, al resto de países de esa organización. Una paradójica y lastimosa situación de liderazgo.
• La deuda del sector público federal ha tenido un crecimiento muy dinámico en los tres últimos años. Pasó de 5.496 a 7.222 billones de pesos para un crecimiento de 31.4 por ciento en tres años. Esto representó un 22.9 por ciento del PIB en la primera fecha y un 39.8 por ciento para la última de ellas. Si bien se trata de proporciones bajas o moderadas frente a otros países (la media de la OCDE o la Unión Europea), sin embargo significan un enorme obstáculo para los propósitos inscritos en los Pre- Criterios de reducir el déficit público para 2016 en un 0.5 por ciento del PIB.
• La culminación de todos estos datos es el crecimiento económico para este año. La mayor parte de organismos y analistas ya lo sitúan en una franja de 2.5-2.8, ya muy distante del 3.7 por ciento que fijó la SHCP cuando presentó el proyecto presupuestal para 2015. Tales proyecciones se formulan cuando aún faltan los datos de fines del mes de abril y todo indica que deberán pasar por una reducción mayor.
En suma: las cosas no pintan bien para el presente, el próximo y varios años más. Si bien hay una estabilidad aún en las grandes variables macroeconómicas, y se dispone de un blindaje (de 200 mil millones de dólares de reservas y 70 mil en créditos flexibles del FMI) para contingencias, la fecha de septiembre 8, en que debe presentarse el presupuesto del próximo año, parece muy lejana en un panorama económico de incertidumbre como el actual.