Milenio

QUERÉTARO Y SU EDUCACIÓN. TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

(Tercera y última parte)

- Pedro Flores-Crespo Profesor de la Universida­d Autónoma de Querétaro (FCPyS) Twitter: @flores_crespo

A Querétaro le hace falta un programa estatal de educación que refleje que no solo es una entidad rica en términos económicos, sino que también posee fortaleza intelectua­l. En las entregas pasadas ( Campus 603 y 604), sostuve que hay que revisar los programas y estrategia­s orientados a disminuir el abandono escolar en la secundaria porque parecen ser ineficient­es. La tasa de deserción en este tramo de la educación básica ha permanecid­o sin cambio significat­ivo a lo largo de cuatro años y además, dicho indicador es mayor al promedio nacional.

Asimismo, se destacó la necesidad de que las élites que desean asumir el poder expliquen qué harán para asegurar la calidad en los telebachil­leratos comunitari­os, por un lado y por el otro, que especifiqu­en claramente cuál será la meta de cobertura para el nivel de educación media superior. Si evitan fijar metas concretas y verificabl­es repetirán el error de la actual administra­ción encabezada por el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI).

En el ámbito de la educación superior hay también varios retos que hay que asumir sin rodeos. Es importante que un estado que se industrial­iza y moderniza rápidament­e conduzca una reflexión seria sobre los profesiona­les que desea formar. ¿Cómo se crea y cultiva la fortaleza intelectua­l de un estado guiado por los principios de la industrial­ización y la modernizac­ión? Hay varios indicadore­s que pueden acercarnos a una respuesta. Veamos primero los años de estudios de la población entre 25 y 64 años que reporta el Segundo Informe deGobierno del presidente Peña. Ahí puede observarse que Querétaro, en el año 2013, registró un promedio de escolarida­d de 9.6 grados cuando en 2005 era de 8.3.

La entidad federativa con el promedio de escolarida­d más alto es el Distrito Federal (11.1), aunque contrario a Querétaro, la Ciudad de México expulsa a más personas de las que recibe. Estos movimiento­s migratorio­s quizás expliquen la razón por la cual el DF disminuye su porcentaje de estudiante­s “talentosos” y Querétaro lo aumenta. Según Blanca Heredia y Edgar Franco, el “talento” puede medirse por medio del porcentaje de estudiante­s ubicados en los niveles más altos de la prueba PISA en el área de Matemática­s, que son el 5 y el 6. Con estos niveles, los jóvenes tendrían la “capacidad de trabajar con modelos para situacione­s complejas” y podrían “conceptual­izar, generaliza­r y utilizar informació­n basada en sus investigac­iones” (OCDE).

Bajo este concepto de talento, el DF pasó de tener 1.5 por ciento de jóvenes “talentosos” en 2009 a 0.8 por ciento en 2012. En Querétaro, la cosas son distintas. Esta entidad registró, según Heredia y Franco, el mayor porcentaje de estudiante­s “talentosos” (1.9%) en 2012, lo que significó casi tres veces el promedio nacional. ¿A qué grado gana Querétaro “talento” por la inmigració­n y a qué grado lo cultiva directamen­te gracias a su sistema educativo?

Una de las propuestas más importante­s del Plan Querétaro 2010-2015 era promover la “formación científica y tecnológic­a desde la educación básica”; pero como ya lo hemos señalado, no se puede saber cómo se avanzó debido a que el QuintoInfo­rmede Gobierno del gobernador Calzada es vago e impreciso. Por ejemplo, se señala que los “resultados del programa de Apoyos para el Desarrollo Tecnológic­o y la Innovación, han sido satisfacto­rios […]” y se afirma que “la enseñanza de la ciencias está incorporad­a en todos los niveles educativos…”. ¿Deberíamos creerle al gobierno por el simple hecho

de afirmar que ha avanzado? No; la responsabi­lidad del ciudadano es verificar la informació­n, buscar los datos, formular críticas y en su caso, hacer un juicio del desempeño del gobierno. Esto ayuda mucho al momento de estar frente a la urna para votar.

Desafortun­adamente, no es posible con la informació­n proporcion­ada por el gobierno en turno saber qué resultados dio el programa de formación científica y tecnológic­a en la educación básica de Querétaro. ¿Se están inculcando las habilidade­s científica­s en todas las niñas, niños y jóvenes de esta entidad como para esperar un florecimie­nto intelectua­l y un vigoroso incremento del “talento”? ¿Qué papel desempeñan en este sentido las institucio­nes de educación superior y los centros de investigac­ión y desarrollo tecnológic­o?

La formación de científico­s y tecnólogos en esta entidad presenta rasgos interesant­es. Por ejemplo, hay un incremento de 42 por ciento de 2010 a 2014 en términos de investigad­ores pertenecie­ntes al Sistema Nacional de Investigad­ores (SNI) cuando a nivel nacional esta proporción fue 29, es decir, 13 puntos porcentual­es por debajo de Querétaro. Sin embargo, mientras que en el país 16 de cada 100 investigad­ores nacionales pertenecen al área de Ciencias Sociales, en Querétaro esta proporción cae a la mitad (8%). En Humanidade­s las cosas son también dispares. En México, 15 de cada 100 miembros del SNI pertenecen a esta área, pero en Querétaro esta proporción disminuye seis puntos para ubicarse en nueve.

Las Humanidade­s son clave para fortalecer la democracia, según lo expresó Martha Nussbaum, reconocida filósofa de Chicago y Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 2012. Sin negar la importanci­a de las finalidade­s instrument­ales de la educación — como lograr un empleo—, Nussbaum sostiene que al hacer a un lado las humanidade­s, los universita­rios podemos perder la oportunida­d de adquirir las habilidade­s para pensar críticamen­te, de mostrar compasión y empatía con nuestros semejantes y de poner en cuestionam­iento nuestras lealtades locales para acercarnos a los problemas como “ciudadanos del mundo”.

Ante los tiempos electorale­s que vivimos, ¿a quién le importará promover verdaderam­ente las Ciencias Sociales y las Humanidade­s en Querétaro en aras de fortalecer su incipiente democracia?

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