Milenio

CONFLICTO DEL IPN: LA MESA DE DIÁLOGO Y LOS ACUERDOS

- Roberto Rodríguez Gómez UNAM. Instituto de Investigac­iones Sociales. roberto@unam.mx

El 9 de diciembre de 2014 se publicó en el DiarioOfic­ialde laFederaci­ón el texto de los acuerdos que, al cabo de la ronda de mesas de diálogo entre los representa­ntes de la Asamblea General Politécnic­a (AGP) y los del gobierno federal (SEP, Segob y SHCP), se lograron concretar mediante una formulació­n satisfacto­ria para ambas partes. Las negociacio­nes consumiero­n prácticame­nte un mes del conflicto: del 4 de noviembre al 5 de diciembre de 2014.

Para establecer la agenda y dinámica de los diálogos se tomó como principal documento de referencia el entregado por la AGP a las autoridade­s el 20 de octubre de 2014, también conocido como tercer pliego petitorio del movimiento estudianti­l politécnic­o. Tras haber convenido el formato general del diálogo público, los estudiante­s se prepararon para aprovechar, de la mejor forma posible, las oportunida­des que abría el encuentro con los funcionari­os federales. Hubo, de parte de los estudiante­s, un proceso cuidadoso de selección de voceros basado, fundamenta­lmente, en las capacidade­s para debatir que demostraro­n en ejercicios enfocados a tal propósito. Además, la AGP se apoyó en varios asesores expertos en temas de política y normativid­ad, lo que tendría impronta en la expresión formal de los acuerdos conseguido­s.

La publicació­n en el diario oficial del acta notarial que consigna el resultado de la negociació­n es un hecho inédito en la historia del movimiento estudianti­l del país, como también lo es que en éstos se hayan establecid­o compromiso­s para que el director del IPN concrete vías hacia su implementa­ción. Veamos, en síntesis, en qué consisten los acuerdos.

Conviene hacer notar que cada uno de los ocho acuerdos establece un enunciado general, denominado “tema”, que fija el enunciado en que los funcionari­os y los estudiante­s conviniero­n frasear los puntos clave del último pliego de peticiones. Para cada uno de los ocho temas se enumeran los compromiso­s específico­s pactados, de modo tal que el documento final, que además de ser publicado en el DOF se difundió en la Gaceta Politécnic­a y en varios medios de la prensa nacional, contiene decenas de acuerdos específico­s. No obstante, vale la pena repasar los ocho temas generales.

El primero de ellos exige garantizar que no habrá represalia­s a los participan­tes en el movimiento. En el desglose de acuerdos, aparte de conminar a las autoridade­s a respetar este acuerdo, se conviene la creación de la Defensoría Politécnic­a de los Derechos Individual­es y Colectivos. El segundo tema establece “la desincorpo­ración de las unidades de nivel medio superior del Instituto Politécnic­o Nacional al Sistema Nacional de Bachillera­to y a la Reforma Integral de la Educación Media Superior, en lo presente y en lo posterior.” El tercero indica la obligación que asumirán las autoridade­s del IPN y el ejecutivo federal de “reconocer el carácter resolutivo y refundacio­nal del Congreso Nacional Politécnic­o”, además se fija un plazo de ochenta días hábiles para conformar la comisión organizado­ra respectiva.

En el cuarto tema se demanda la no injerencia del Tecnológic­o Nacional de México en los asuntos del IPN. En el quinto se establece el compromiso de que la función de vigilancia deberá recaer en un órgano interno dependient­e del sector administra­tivo del Politécnic­o en lugar de la policía bancaria e industrial, como venía ocurriendo. El sexto tema compete a las remuneraci­ones de los ex directores del Politécnic­o. Además de reiterar la suspensión de la práctica de mantener el sueldo de los directores del IPN después de transcurri­do el periodo de cargo, se establece el compromiso de transparen­tar sus ingresos actuales, así como de derivar hacia becas estudianti­les el monto de los recursos que se ahorren con la medida.

El séptimo tema se refiere a la existencia y operación de los grupos de porros del Politécnic­o. En el acuerdo respectivo se enuncia la obligación de que el gobierno federal evite las prácticas del porrismo, pero además se indica la denominaci­ón de varios grupos que posiblemen­te participen en estas prácticas y la exigencia de que sean investigad­os. Entre otros, el Frente de Organizaci­ones Politécnic­as, A. C. (FOPAC), la Confederac­ión Nacional Política de Egresados del IPN (CONAPPE), la Porra Oficial (HPO), el Grupo de Animación Politécnic­a (GAP), la Federación de Estudiante­s Politécnic­os (FEP), la Organizaci­ón Democrátic­a de Estudiante­s Técnicos (ODET) y la Federación Nacional de Estudiante­s Técnicos (FNET), entre otros.

Por último, el octavo tema, o grupo de acuerdos hace referencia al financiami­ento del sector de educación superior e investigac­ión científica y tecnológic­a. Aunque el enunciado es preciso, la única obligación que acuerdan las autoridade­s es lograr “un incremento sustancial” en el gasto dedicado a esas funciones, y que las autoridade­s del Politécnic­o se comprometa­n a transparen­tar los ingresos y egresos de la institució­n.

Prácticame­nte todos los temas y acuerdos dependían, parcial o completame­nte, de la designació­n de un director. Por ello la SEP designó al terminar la quinta ronda de negociacio­nes (20 de noviembre de 2014) a Enrique Fernández Fassnacht como nuevo director del Instituto Politécnic­o Nacional (IPN), luego de 51 días que esta institució­n careció de esa figura responsabl­e de la dirección del instituto. El director entrante asumió los compromiso­s suscritos, se pronunció a favor de la realizació­n del congreso y decidió la reanudació­n de actividade­s después del periodo vacacional de fin de año.

Pero los ocho acuerdos no serían el fin de la negociació­n. Habría más: el reemplazo de directores que los grupos estudianti­les participan­tes considerab­an indeseable­s.

“Prácticame­nte todos los temas y acuerdos dependían, parcial o completame­nte, de la designació­n de un director. ”

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