Los pescadores afectados exigen mil 250 mdd a BP
Abogados señalan que la vida de las especies marinas del Golfo se verá severamente dañada y en algunos casos desaparecerá
Cuatro años después del peor derrame petrolero en la historia del Golfo de México — el desastre del pozo Macondo y la plataforma DeepWater Horizon—, más de 25 mil pescadores mexicanos dicen estar al borde de la quiebra y exigen a British Petroleum pagar daños y perjuicios derivados de la catástrofe ecológica. Buscan en cortes estadunidenses una indemnización de hasta 50 mil dólares por persona o más de mil 250 millones de dólares en total.
El argumento es sencillo: los derrames marítimos no conocen de fronteras y el crudo cruzó hacia el sur por medio de corrientes profundas. Por ello, dicen sus abogados, su modo de vida se verá alterado irremediablemente en el futuro con la desaparición de especies, daño al medio ambiente y una drástica disminución en la industria pesquera que ya comienza a manifestarse. Es por eso que pequeños y grandes pescadores exigen a la empresa y sus socias pagar una cifra multimillonaria y a todas luces inédita, informaron los abogados que llevan la demanda civil contra la petrolera británica tanto en México como en Estados Unidos.
“Cincuenta mil dólares por pescador es un promedio (de indemnización)”, indicó a MILENIO Ezequiel Reyna, litigante estadunidense que representa ante la Corte Federal del distrito este de Luisiana los esfuerzos de los pescadores por obtener reparación del daño
Horacio Polanco, abogado radicado en Mérida, quien coordina la defensa del lado mexicano, estima que las pérdidas por persona ya ascienden a 15 mil dólares, al registrarse cada vez pesca más magra desde Tamaulipas hasta aguas yucatecas. “Tenemos que hacer un análisis contable, acopio de pruebas y presentar a la Corte evidencias de los estados económicos de los afectados”, dijo el abogado mexicano, quien deploró que BP haya accedido a pagar más de 13 mil millones de dólares a pescadores estadunidenses, mientras que del lado mexicano no ha soltado un céntimo y ni siquiera se abrió una oficina para registrar reclamos. Hay afectaciones, añadió, en especies como tiburón, pargo, cazón, atún y huachinango, entre otros.
“El golfo es una enorme licuadora en la que convergen los flujos de agua que entran por el estrecho de Yucatán y que salen al Atlántico. Todo se mezcló. Los estudios nos dicen que hay presencia de petróleo en el lado mexicano y eso va a tener efectos”, sostiene Polanco, ante el argumento de BP que circunscribe el daño ecológico al lado estadunidense del Golfo de México.
Pero el juicio, todo apunta, va para largo. En la Corte de Luisiana el paso ha sido de caracol. Ahí se encuentran radicados una treintena de reclamos contra BP, incluidos los de pescadores estadunidenses de estados como Florida, Alabama, Texas, Luisiana, además de condados, estados y distintos grupos ambientalistas.
A esa prolongada y enredada batalla legal se suman ahora pescadores mexicanos de Tamaulipas hasta Quintana Roo, que esperan turno de tener su día de pelea contra la petrolera británica. El punto radica en que no se ha resuelto la demanda interpuesta por 50 mil pescadores estadunidenses contra BP, que se ha defendido furiosamente con una serie de argucias legales para mantener el proceso entrampado.
Una vez que la primera demanda se solucione, adelantó Reyna, el proceso deberá tomar velocidad. “Desafortunadamente no tenemos fecha”, reconoció. m