Los países ricos, otra vez motores de la economía
La “desaceleración estructural” que afecta a naciones en desarrollo es probable que persista años
Los países en desarrollo enfrentan una “desaceleración estructural” que probablemente dure años y ceden su papel como motores del crecimiento en el planeta a las economías más maduras, de acuerdo con el Banco Mundial.
La institución con sede en Washington redujo ayer su pronóstico de crecimiento mundial para este año a 2.8 por ciento, en parte porque los tan esperados efectos benéficos de los menores precios del petróleo hasta el momento son limitados.
Siete años después de la crisis financiera de 2009, los países de altos ingresos retoman su papel como conductores del crecimiento, dijo el Banco Mundial en su informe semestral sobre la economía global.
Con las excepciones de India y algunos otros países, las economías en desarrollo, entre ellas China, tienen que enfrentar una era de menor crecimiento.
La intervención del banco llega en medio de la creciente evidencia de que el impulso confiable para la economía mundial que durante años se derivó del crecimiento de Brasil y China, entre otros países, se vuelve una carga absoluta.
Después de un lento inicio de año “se espera que la recuperación de los países de altos ingresos se fortalezca, mientras que una abundante desaceleración está en curso en las naciones en desarrollo”, dijo el banco en su informe.
“Hay una desaceleración estructural en curso (en las economías en desarrollo)”, dijo al Financial Times Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo del banco y su principal analista macroeconómico. Les perjudicaron desde factores como la caída en los precios de las materias primas hasta la desaceleración de las economías en desarrollo, como la de China. Los alguna vez celebrados lazos comerciales “sur a sur” con sus compañeros en desarrollo se convirtieron en una carga para el crecimiento, dijo Kose.
RIESGO IMPORTANTE
Por otro lado, el Banco Mundial dijo que piensa que la mayor parte de las economías en desarrollo tendrán que lidiar con la esperada decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos, de elevar las tasas de interés este año por primera vez en casi una década.
“La (medida de la) Reserva Federal es un riesgo. Un riesgo importante”, dijo Kose. “Pero estos retos inherentes (como los precios más bajos de las materias primas) que tienen los mercados emergentes están allí y no van a cambiar pronto”.
De acuerdo con Oxford Economics, la caída en la demanda de las importaciones en el primer trimestre transformó a los países de los mercados emergentes, de contribuidores del crecimiento del comercio mundial a detractores, por primera vez desde 2009. El cambio ya tiene consecuencias para las economías ricas.
El banco redujo su pronóstico de crecimiento para los países de altos ingresos, incluido EU y el Reino Unido, que esperan un crecimiento de 2.7 y 2.6 por ciento, respectivamente. También elevó el panorama de la zona euro, donde proyecta una expansión de 1.5 por ciento, y para India, que con un crecimiento de 7.5 por ciento es probable que sea la gran economía de mayor crecimiento.
Pero el mayor cambio en las proyecciones fue para Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff enfrenta un escándalo de corrupción y una economía en declive. Los expertos del banco ahora esperan que este año la economía brasileña se contraiga 1.3 por ciento, a partir de la proyección de enero de un crecimiento de 1 por ciento.
Como resultado, dijo el banco, se espera que este año América Latina sea la región con peor desempeño; proyecta un crecimiento de 0.4 por ciento, frente a 4.4 por ciento de las economías en desarrollo en su conjunto.
También espera que el crecimiento caiga en África subsahariana, para la que proyecta 4.2 por ciento, en gran medida debido a una desaceleración en Nigeria, su mayor economía, por lo que el banco redujo su pronóstico de crecimiento un punto porcentual, para ubicarlo en 4.5 por ciento.