Milenio

El PAN y el modelo de comunicaci­ón política

- JUAN IGNACIO ZAVALA Twitter: @juanizaval­a

Como se avecinan tiempos electorale­s, es muy probable que una avalancha de lodo que arrojarán los competidor­es nos caiga vía los medios de comunicaci­ón. Denuncias por doquier, descalific­aciones a diestra y siniestra… la triturador­a de reputacion­es al servicio de quien la sepa usar mejor y/o tenga más dinero. En esta feria de la decadencia también se podrán ver algunas cosas importante­s sobre l@s candidat@s. Sus reflejos, su capacidad de reacción, su forma de medirse ante el adversario, la manera de tapar sus fallas, de proyectar sus talentos.

Uno de estos ejemplos ha sido la reacción del PAN en el caso de la diputada sinaloense conocida como la novia del Chapo. Es un caso que la directiva de ese partido dejó crecer a niveles de escándalo —porque es francament­e escandalos­o que la hayan dejado en su puesto tantos meses—. Hubo quienes adentro del partido clamaron porque se pidiera una disculpa pública por lo sucedido con la diputada. Él se engalló, dijo que no era suficiente —lo que habla del pobre concepto que tiene de la disculpa y el perdón— y dijo que haría una investigac­ión. Esto lo obligó a algo más: entregar nombres. Hicieron una comisión encabezada por Federico Döring para investigar. Creo que Federico es un legislador destacado, un político astuto y formado, es de lo presentabl­e políticame­nte que queda en ese partido. Bueno, pues a saber por qué concluyó —según la publicació­n de unos audios de su reunión con panistas sinaloense­s— que todo es culpa de los medios y del PRI para cambiar el modelo de comunicaci­ón política y detener a López Obrador, por lo que golpean al blanquiazu­l hasta obligarlo a negociar. Dijo que no daría nombres (lo que se entiende porque nada más crecería el asunto pero contradice lo prometido por Anaya) y que están viendo cómo puede el presidente panista cerrar el caso. Sorprende esa defensa, pues no fueron los medios los que pusieron a la novia del Chapo como legislador­a. Ese fue un error de cuadros locales acompañado de la indolencia o el temor de dirigencia­s nacionales.

Queda la pregunta ¿al PAN le parece bien el actual modelo de comunicaci­ón política? ¿Al PAN le parece que ese modelo garantiza las libertades, que es moderno, que permite a los políticos y a los periodista­s expresarse libremente? Porque de ser así, se entiende que no vayan a mover nada en ese sentido, le ayude al Peje o no. Pero si el PAN cree que es un modelo que favorece el clientelis­mo, que es vejatorio de las libertades y otras cosas más, debe ir a la mesa y arreglar el tema, con o sin la novia del Chapo. No es un tema menor.

El modelo de comunicaci­ón —desde 2007— está hecho para detener al PAN. Sorprenden­temente ese partido lo aprobó. Le han hecho cambios, pero es un esquema retorcido y tramposo que no es propio de una democracia moderna. No hay comunicaci­ón libre, todo queda a expensas de los partidos, favorece el mercado negro de publicidad. Es un modelo de chantaje y extorsión. Toca al PAN definirse nuevamente al respecto. A ver qué dice. m

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