Sushi y carne wagyu, apuestas de Japón
Es una fuente de angustia nacional: ¿por qué Japón —superpotencia culinaria y campeón indiscutible de la guía Michelin— es tan malo para exportar alimentos?
En 2014, las ventas externas de alimentos fueron de alrededor de 5 mil millones de dólares (mdd). Las de alimentos de Los Países Bajos, una nación con una fracción de la población de Japón, fueron de 103 mil mdd. Todas las delicias del sushi, el té verde y la carne de res tipo wagyu generan el mismo valor de ventas de exportación que el queso edam.
Para el gobierno del primer ministro Shinzo Abe, la oportunidad económica perdida ahora choca con el imperativo político de ayudar a sobrevivir a los agricultores japoneses al Acuerdo de Asociación Transpacífico, que reducirá drásticamente los aranceles de los agricultores ultra eficientes en Estados Unidos y Australia.
El gobierno estableció como meta aumentar más del doble las exporta- ciones agrícolas, para llegar a un billón de yenes. A pesar de la desaceleración de los mercados emergentes que dañan las exportaciones totales de Japón, esta semana el ministro de comercio, Nobuteru Ishihara, dijo que existe la posibilidad de llegar antes al objetivo.
En términos de yenes, las exportaciones de alimentos de 2015 subieron 24.3 por ciento, para llegar a 599 mil millones de yenes, incluso cuando las exportaciones totales aumentaron 3.5%.
Masayoshi Honma, profesor de economía agrícola de la Universidad de Tokio, dijo que la razón que existe para las bajas exportaciones no es complicada. “Las exportaciones japonesas son bajas porque son demasiado caras”, dice. “Hay un enorme diferencial entre el precio japonés y el del extranjero”.
La obsesión de Japón con la producción de arroz, su enfoque de largo tiempo sobre la autosuficiencia nacional en alimentos y la baja productividad de pequeña escala de sus granjas subsidiadas, contribuyen a los precios altos.
Por años, la importancia de los votos rurales para el partido gobernante, Liberal Democrático, significó que la agricultura era sagrada, pero la población agrícola envejece, el granjero promedio ahora tiene 70 años, es un área donde Abe demostró estar dispuesto a tomar por los cuernos con una serie de reformas.
Una de las pocas medidas que su gobierno espera aprobar antes de las elecciones de la cámara alta del próximo verano permitirá la propiedad corporativa de tierra agrícola. Lo que se considera vital para lograr una agricultura más eficiente y de gran escala.
Honma es cauteloso sobre el objetivo de exportación de un billón de yenes. “Realmente no son exportaciones agrícolas porque estas incluyen productos marinos y procesados”, dice. La mayor parte de las exportaciones agrícolas de Japón son los mariscos que atrapa su enorme flota pesquera.
Del objetivo de un billón de yenes, 35 por ciento son mariscos y 50 por ciento alimentos procesados. Pero el plan también busca un aumento de casi cinco veces las exportaciones de carne, para llegar a 25 mil millones de yenes, y busca un incremento de tamaño similar en el arroz y productos relacionados, para llegar a 60 mil millones de yenes, y triplicar las ventas de té verde a 15 mil millones de yenes.