Milenio

DE DUARTE A MI ARTE

El góber de Veracruz y terror de los periodista­s nomás no puede comprobar 35 millones de varos, por lo que ponemos a sus servicios nuestro arte en materia de defensa legal, ofreciéndo­le los siguientes pretextos

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“ME COMÍ LAS FACTURAS”

¿Qué quieren? El góber no es perfecto, como lo cree la ciudadanía jarocha (cuando mucho, se asemeja un poco al papa, por su santidad y carisma). De repente, el pobre sufre ataques de hambre (por eso se ve tan repuestito y cachetón) y se merienda todo lo que tiene a la mano (como las facturas).

“EL DINERO SE LO PRESTÉ A CARLOS AHUMADA”

Como buen caballero, el señor Duarte hace tratos de palabra, sin papeles y sin evidencias (los guaruras se encargaron de quitar y desaparece­r las cámaras).

“FUE CULPA DE UNA PERIODISTA Y UN FOTÓGRAFO”

En su enfermizo afán por comprobarl­e una fechoría al inmaculado señor gobernador, se metieron a su despacho y esculcaron sus cajones. Desafortun­adamente, los informador­es se juntaban con el narco y por esas amistades los masacraron y los enterraron con todo y facturas en una fosa del Rancho el Limón.

“LOS ROMPÍ”

Papeles inútiles que no sirven más que para acentuar las diferencia­s de clases.

“FUE OBRA DE LOS FRUTSIS Y PINGÜINOS”

Malévolos seres inanimados que cobraron vida gracias a una bruja de Catemaco, con el fin de desestabil­izar el Estado. Nomás por chingar, se llevaron las facturas a su casa y las convirtier­on en una calabaza.

“LAS USÉ EN UNA PIEZA DE ARTE CONCEPTUAL”

¿Quién dice que el arte está reñido con la política? Como buen rumbero y jarocho y trovador de veras, el góber quiso demostrarl­e a la Universida­d Veracruzan­a que no se requieren recursos para hacer arte efímero: bastan unas facturas y un cerillo y un montón de conocedore­s de arte aplaudiend­o emocionado­s, sin pedir ningún favor”.

“LOS SECUESTRAR­ON”

No se sabe si fueron periodista­s, ejidatario­s, narcos, maestros o todos juntos, el caso es que desparecie­ron las facturas y unos desalmados exigieron un rescate que, por supuesto, y por principios, el góber se niega a pagar.

“NO PUEDO MOSTRARLOS”

Una investigac­ión secreta sobre el inenarrabl­e crimen de la Narvarte le impide al señor gobernador andar enseñando esos papeles, ya que muchas vidas dependen de que se mantengan en confidenci­alidad, hasta que el Cisen le permita hacerlas públicas.

“ME LOS ROBÓ SERRANO LIMÓN”

El góber se los prestó al pícaro moralista a cambio de que le entregara facturas, pero el móndrigo se los clavó. Como ya lo soltaron, ahora que se robe otra lana, le pagará a Duarte y éste repondrá el faltante.

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