Buenos Aires seduce al sector inmobiliario
Medidas adoptadas por el gobierno de Macri, como poner fin al control en el tipo de cambio y la devaluación de la moneda, han dado nuevo auge a esta importante área de la actividad económica
Al igual que muchos compradores internacionales, el romance de Haller con las grandes salas de concierto, los bulevares arbolados y la cultura del café se agrió durante el mandato de la familia Kirchner. Pero, dice, bien vale la pena darle una segunda mirada “muy minuciosa”.
El alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, ex presidente de uno de los equipos de futbol más grandes del país, Boca Juniors, ganó las elecciones presidenciales en diciembre del año pasado, con lo que le da vuelta a la página a los 12 años de gobierno de los Kirchner. El nuevo gobierno de Argentina a favor de las empresas en Buenos Aires —su capital y los distritos a su alrededor suman cerca de 12 millones de habitantes— ya se empieza a notar y a marcar un camino diferente.
Durante gran parte del siglo XX, la ciudad que se solía conocer como la París de América Latina pasó de estar en crisis financieras a periodos de prosperidad. Inversionistas con nervios de acero como Haller lograron tener grandes ganancias con los ciclos del mercado inmobiliario. Compraron apartamentos a principio de los años 2000 poco después de la catastrófica crisis económica de Argentina, vendieron nueve años después, cuando los episodios populistas convirtieron en “dolor de cabeza” las transacciones de propiedades.
Tres meses después de asumir el cargo, Macri ya levantó los controles que restringen el tipo de cambio y devaluó la moneda, medidas que deben facilitar la compra de propiedades. También terminó con los 15 años de bloqueo a la deuda Argentina. Una disputa de largo tiempo en los tribunales de EU sobre los planes de reestructuración de la deuda obstaculizaron el acceso de ese país a los mercados internacionales de capital. Terminar con la saga de la deuda para que Argentina pueda volver a solicitar préstamos fue una promesa clave de campaña en las elecciones del año pasado. “Muchos extranjeros empezaron a salir cuando el entorno empresarial empezó a ser incontrolable”, dice Adriana Massa, de Sotheby’s International Realty en Argentina. Las políticas económicas que implementó Néstor Kirchner y, a partir de 2007, su esposa Cristina Fernández, dificultaron la entrada de los compradores extranjeros. En una apuesta por fortalecer el peso argentino, el gobierno introdujo restricciones sobre la propiedad de moneda extranjera. Pero la prohibición solamente generó un tipo de cambio dual. Algunas veces parecía que la metrópolis estaba pegada con cinta adhesiva.
Buenos Aires cayó 10 lugares en el estudio de Calidad de Vida de Mercer, a finales del año pasado, para ubicarse en la posición 91, ya que la ciudad experimentó apagones de electricidad, escasez de alimentos y aumentos de precios para los bienes y servicios. A propietarios como Marianne Aubane, de París, les preocupaba vender sus casas después de 2009 por la escasez de dólares. Aunque el país abandonó el vínculo con el dólar de EU hace 14 años, la mayor parte de las propiedades todavía cotizan en esa moneda.
Pero los teléfonos de los agentes inmobiliarios de gama alta empezaron a sonar nuevamente después de la reestructuración de las políticas del presidente Macri. Aubane es una de las compradoras que regresaron a la capital en enero para buscar en el mercado. Observa un apartamento de seis recámaras en Retiro, cerca del Tiempo que duraron las
políticas aplicadas por los Kirchner, que frenaron la actividad inmobiliaria. Proporción en la que han bajado los precios de algunas propiedades de lujo en la capital
argentina. Monto en el que puede comprarse actualmente un departamento
en Retiro; apenas en 2014
tenían que pagarse 750 mil centro de la ciudad, con un precio de 600,000 dólares a través de Sotheby’s International Realty. Construido en 1931, el edificio de techos altos y piso de roble tiene vistas a la animada Plaza San Martín.
Está a la venta a un precio de ganga —casi 25 por ciento más barato que una propiedad similar que el mismo agente tenía a la venta en 2014 en 795,000 dólares. También en Retiro, un apartamento amueblado de dos habitaciones está en el mercado en un millón 200 mil dólares.
Los precios actuales de las propiedades de gama alta, dicen los agentes, si bien empiezan a recuperarse lentamente, no están en el mismo nivel que tenían antes del control del tipo de cambio. Al mismo tiempo, el mercado inmobiliario se prepara para tener beneficio por la facilidad para las transacciones. “Es la primera vez en seis años en que los compradores y vendedores pueden transferir dinero desde una cuenta bancaria en Argentina hacia el extranjero, y viceversa”, dice Iuri Izrastzoff, quien maneja Izrastzoff Agentes Inmobiliarios.
Haller evalua una segunda vivienda de dos recámaras en el distrito financiero de Puerto Madero en 690,000 dólares a través de Izrastzoff. El edificio de apartamentos, que tiene gimnasio, piscina y sauna, está cerca de una reserva natural donde entrenadores personales y excursionistas se reúnen al atardecer. “Tu capital de nuevo está seguro”, dice Haller, “y no es caro”.
Una nueva investigación de Knight Frank ubica a Buenos Aires en la posición 99 de su índice internacional de bienes raíces residenciales de primera línea, o PIRI 100 —justo por encima de Lagos en Nigeria. Los precios promedio cayeron 8 por ciento desde el estudio anterior en diciembre de 2014. Si cruzas a Brasil, Sao Paulo ocupa el lugar 38. Los precios de bienes raíces de gama alta en la megalópolis brasileña subieron 3 por ciento en 2015. Sin embargo, a diferencia de muchas ciudades de Sudamérica que están llenas de rascacielos, Buenos Aires disfruta de espacios verdes que bordean su plan de red. Avenidas amplias y arquitectura estilo Haussmann se convirtieron en símbolos de la sotisticacion de la ciudad a finales del siglo 19. A unas cuadras al este de Puerto Madero, en San Telmo, frente a donde se realizan torneos de ajedrez, en las calles cercanas donde los niños locales juegan futbol hasta la madrugada. Aquí un apartamento de dos recámaras, 120 metros cuadrados está disponible por 150,000 dólares a través de En Buenos Aires.
Otra área de interés para posibles compradores puede ser Avenida Alvear, en Recoleta, donde se pueden encontrar grandes casas de estilo neoclásico junto a las embajadas, galerías de arte y cafés estilo vienés en donde escritores como José Luis Borges disfrutaban de dulces medialunas, una versión más grande del croissant francés. Las casas también se pueden encontrar en los suburbios, en el norte de los Olivos y Vicente López, en un viaje de 15 minutos en tren desde la terminal de Retiro. Una moderna casa de tres habitaciones con tragaluces, escaleras flotantes y terrazas asimétricas está en el mercado en 3 millones 700 mil dólares a través e Sotheby’s International Realty. Los lugareños tienen curiosidad por saber cuánto cuestan sus casas. Aumenta el número de solicitudes de cotizaciones que reciben los agentes inmobiliarios desde que cambió el gobierno en diciembre. “Por primera vez en años, los dueños de casas quieren intercambiar propiedades en lugar de sentarse en sus activos”, dice Alejandra Bugna, abogada de propiedades de Baker & McKenzie. Señala que Buenos Aires se mantiene como un mercado local de propiedades, con algunos compradores extranjeros, pero no es un mercado internacional. Vender en la ciudad puede ser difícil cuando la demanda local cae. La compra de propiedades en la capital subió un poco: 1.9 por ciento de los argentinos compraron allí en el último trimestre de 2015, en comparación con 1.5 por ciento en los seis meses anteriores, de acuerdo con FT Confidential Research, una unidad de FInancial Times.
Sin embargo, ya que menos de 3 por ciento de los ciudadanos argentinos tiene acceso a hipotecas, por el momento parece que Buenos Aire está listo para que elijan los extranjeros.