Examen bien solucionado
La selección mexicana que dirige Juan Carlos Osorio triunfó sobre Uruguay, su mayor rival de lo que va de la era Osorio, y lo hizo exhibiendo buen futbol, carácter y conceptos
La primera gran prueba la superó con notas diversas la selección mexicana de futbol que dirige Juan Carlos Osorio. Debut en la Copa América Centenario con triunfo de 3-1 ante Uruguay, un rival mucho más duro de lo que el holgado resultado final puede indicar.
Fue un partido cargado de situaciones tácticas y emotivas, digno de un arranque de torneo en una sede que se ha encargado de dejar claro que el equipo mexicano es local y cuenta con el apoyo entusiasta de su público.
Habría que mencionar primero la formación con la que decidió parar a su once inicial el colombiano Osorio. En la portería Alfredo Talavera, acabando de tajo con la discusión de quién es su hombre de confianza bajo los tres palos. Pero en la defensa sí hubo novedades, con una línea extraordinariamente dinámica: a veces tres hombres, a veces cuatro, cuando eran atacados hasta seis en línea.
Tres centrales: Néstor Araujo, Rafael Márquez y Héctor Moreno fue la constante, aunque un cuarto marcador, Diego Reyes, a veces se ponía por delante de Márquez, como una contención y a veces retrocedía para dejar al capitán en el eje del medio campo. Pero seguido también se ponían los dos juntos en el centro de su área.
Por los costados, como carrileros Miguel Layún, por derecha, y Andrés Guardado, por izquierda. Por el centro, Héctor Herrera, con movimientos libres en ofensiva. Por los extremos: Javier Aquino, por derecha, y Jesús Corona, por izquierda. Por el centro, como atacante fijo, Chicharito Hernández.
Pero habría que decir que más allá de la formación inicial lo que marcó la actuación de los mexicanos fue su agresividad de arranque, la muy buena movilidad que han conseguido y el carácter que le ponen a cada jugada.
Habían pasado apenas tres minutos de juego cuando el equipo nacional se fue arriba en el marcador en una jugada originada en el pausado control de balón que consigue Márquez cuando encabeza los ataques. Abrió la pelota hacia Guardado que desde su perfil izquierdo mandó un servicio al corazón del área chica. Fue por la pelota Chicharito acompañado por su marca, pero se pasó y detrás de él llegó Herrera acompañado también por su marcador Álvaro Pereira. La pelota impactó en la cabeza del uruguayo generando un claro autogol.
Los de Osorio se hicieron dueños del partido, con varios momentos de futbol con buen dominio de la pelota, insistiendo en las bandas, pero también buscando al Chicharito en jalonados a las espaldas de sus marcadores, los fieros Diego Godín y José María Giménez. Si el dominio no era pleno era por el espíritu guerrero que mantenían los contrarios, enfurecidos, dispuestos al choque siempre.
Sin que se pueda hablar de alguna otra acción clara ante la meta de Fernando Muslera sí puede decirse que México mereció una o dos anotaciones más. No las pudo lograr y casi al final de esa