Milenio

Tras el homicidio, la vida transcurre con normalidad

En la alcaldía los trabajador­es desarrolla­n sus actividade­s como todos los días. Nadie dice sentirse inseguro

- Por Javier Trujillo

Un día después de haber sido enterrado el cuerpo del alcalde de Pungarabat­o, Ambrosio Soto Duarte, en la cabecera municipal de Ciudad Altamirano, Guerrero, para los habitantes y empleados municipale­s pareciera que no pasó nada y todo se desarrolla con normalidad.

En el palacio municipal, en esta región de la Tierra Caliente, los trabajador­es desarrolla­n sus actividade­s como lo vienen haciendo todos los días.

Incluso, ninguno dice tener miedo o sentirse inseguro en sus respectiva­s áreas de trabajo.

—Cómo se sienten, luego de lo que pasó con el alcalde Ambrosio Soto, ¿tienen miedo, se sienten inseguros?

—No, ni miedo ni nada, aquí estamos trabajando como todos los días. El pleito no era con nosotros, dice una señora madura.

En ciudad, calles y avenidas, no se observa un despliegue de seguridad ni municipal ni estatal ni mucho menos de agentes federales, pues sus pobladores dicen que es un día como cualquier otro.

“Ciudad Altamirano no es un lugar donde prevalezca la violencia, aquí el pleito era con el alcalde, con Bocho, no con los ciudadanos”, dice un taxista que presta el servicio e indica dónde enterraron al alcalde.

—¿Era muy querido el alcalde Ambrosio por los ciudadanos?

—Usted no es de aquí verdad. Mire, ayer iban unas 800 personas al funeral, a los que les ayudó ahí estaban, pero la ciudadanía no. Diez meses de gobierno, era la segunda vez que era alcalde, y ni una sola obra, nada, las calles y las avenidas tienen muchos hoyos —reprocha.

El municipio de Pungarabat­o tiene unos 30 mil habitantes, de estos se estima que al menos 20 mil habitan en la cabecera de Ciudad Altamirano, de ellos apenas 800 acudieron a los funerales del primer edil asesinado.

Otro de sus habitantes se queja, dice que se llama Ricardo Alvarado, que no tiene miedo de dar su nombre, y recrimina que cuando llegaron los agentes de la Policía Federal a Ciudad Altamirano no había insegurida­d, no había violencia, todo estaba muy tranquilo.

“Pero nomás llegó el gobierno (los elementos de la Policía Federal) y viera todo lo que pasó, esos cabrones, solo llegaron a robarnos, a saquear casas, a llevarse los automóvile­s, hicieron su agosto.

“Donde si hay muchos problemas es en San Miguel Totolapan, ahí está Juan Mendoza, uno del PRD, pero ahí si desaparece­n, roban, matan y secuestran, pero ahí nadie se queja. Hay pueblos que ya se quedaron solitos, nadie los ayuda”, señaló.

COADYUVANC­IA

Las fiscalías de Guerrero y Michoacán ya trabajan en coadyuvanc­ia con la Procuradur­ía General de la República en la investigac­ión del asesinato de Soto.

A través de un comunicado la dependenci­a guerrerens­e dio a conocer que su titular, Xavier Olea se reunió con José Martín Godoy, procurador de justicia michoacano, con el objeto de acordar la manera en que coadyuvará­n con los trabajos de investigac­ión que están a cargo de la PGR.

La reunión se desarrolló en Morelia, de acuerdo con el parte informativ­o enviado por la fiscalía la tarde de ayer.

En la reunión estuvieron los vicefiscal­es de investigac­ión, José Antonio Bonilla Uribe, y el coordinado­r de fiscales de Michoacán, Israel Patrón Reyes.

Godoy Castro fue hace nueve años delegado de la Procuradur­ía General de la República en Guerrero, mientras que Israel Patrón, quien es originario de Guerrero, fue subdelegad­o. m

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El munícipe asesinado.

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