“A Trump aún le falta mucho para ganar en noviembre”
Amenos que el Partido Republicano ofrezca un centro moderado, es de esperar un triunfo de Hillary Clinton en noviembre, aún le falta mucho apoyo al candidato Donald Trump”, afirma en entrevista con MILENIO la experta Jessica De Alba Ulloa, doctora en ciencias políticas por la Universidad de París, profesora-investigadora de la Universidad Anáhuac y miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), un think tank dedicado a promover el estudio, el análisis y el debate sobre las relaciones de México en el contexto de la globalización. Al fin, tras una cuestionada campaña, el magnate Donald Trump fue nominado candidato republicano a las presidenciales del 8 de noviembre, aunque la convención de Cleveland confirmó la fractura de un partido sin liderazgo desde antes incluso de la primera presidencia de George W. Bush, en 2001. ¿Qué sigue ahora? En realidad, sí es un partido fracturado pero no solo ahora en época electoral. Hemos visto cómo algunos de sus miembros se han ido radicalizando mucho más hacia la derecha. En el último año y en especial durante las primarias –que no muestran necesariamente la realidad electoral del país– vimos cómo el llamado establishment republicano se manifestó contra Donald Trump y contra el hecho de que él los represente, porque en primera instancia Trump no es republicano, no ha militado en ese partido, aunque las reglas del juego le han permitido ser nominado. El senador Ted Cruz fue muy claro al advertir en la Cleveland de los costos de apoyar a un candidato del cual no se está convencido. Según la media de los sondeos nacionales, la ex primera dama y ex secretaria de Estado Hillary Clinton suma 44% en la intención de voto y Donald Trump 41 por ciento. En cifras, Trump sumaría unos 13 millones de votos y Clinton unos 15 millones, aunados a los 13 millones logrados por el senador de Vermont, Bernie Sanders, quien ya comprometió su voto a favor de su ex rival en las primarias, Hillary Clinton. ¿Cuentan estos cálculos? Bueno, los cálculos matemáticos de las encuestas en realidad no cuentan demasiado. Ha habido veces en que éstas le han dado una clara ventaja a un candidato, pero aunque el voto popular sea mucho mayor, el voto electoral es el que define. De hecho, en algunas encuestas los resultados se disparan mucho, dependiendo de quién haga las encuestas y en qué momento. La verdad es que de aquí a noviembre no va a haber mucha certeza de los números que salgan. Podemos decir que Donald Trump fincó su éxito en cuatro factores: la crudeza y estridencia de sus discursos, el desafío a las normas políticas, la oferta de más y mejores empleos a los trabajadores blancos y el aliento al racismo y la xenofobia. ¿De qué depende a su jucio que pueda ampliar su base electoral y convencer a los indecisos que él merece ocupar la Casa Blanca? Creo que efectivamente, como usted dice, parte de su gran éxito ha sido mostrarse como una persona que no es políticamente correcta. Eso ha gustado mucho a la gente, que ha demostrado a su vez que está cansada de las propuestas y de las promesas de los políticos. Pero Donald Trump necesita ahora mostrarse ante toda la sociedad, no solamente ante los republicanos, como una persona que si bien habla con la verdad puede ser más mesurada, porque los insultos finalmente no son de la simpatía de todos. También debe resarcir a las mujeres, a las que insultó con algunos de sus comentarios durante la campaña. De hecho, dentro de las mismas mujeres republicanas la mayoría no apoya a Trump. Pero además, debe verse como una persona con mando ejecutivo, porque si bien es un empresario relativamente exitoso –y digo relativamente porque ha estado en quiebra varias veces–, no tiene experiencia de gobierno, no ha tenido nunca un cargo público ni ha servido a las fuerzas armadas. En suma, tiene muchas desventajas frente a Hillary Clinton y necesita mostrarse como alguien en quien se puede confiar. ¿Qué tan decisivo puede ser el voto hispano contra Trump, que sumaría un 70 por ciento? Hay diversos estudios que demuestran que en las presidenciales el voto hispano no tiene en realidad un gran impacto por varias razones. Una, no todos aquellos que pueden votar están inscritos para hacerlo, por lo tanto no pueden votar. Hay una gran apatía también en los votantes. Pero lo más importante es que aquellos que votan, aunque sean de origen hispano, siempre van a estar más preocupados por la economía que por el tema migratorio. Hay que recordar que Trump ha insultado a los migrantes indocumentados, no a la migración legal, que vota con el bolsillo, lo mismo que el resto de los electores del país. ¿Puede el terrorismo del grupo iraquí Estado Islámico (EI) o Daesh inclinar la balanza a favor de Donald Trump? Un ataque terrorista siempre haría inclinar más al electorado hacia un candidato de derecha y eso lo hemos visto en varias partes del mundo. Pero en este contexto tendría que ser un ataque de proporciones gigantescas para que influyera en las urnas. No hay que olvidar que Hillary Clinton tiene una trayectoria reconocida como secretaria de Estado y conoce a la perfección cómo se manejan las políticas del país, eso da más certezas. Tendría que ser un atentado de grandes proporciones...
“De aquí a la elección no va a haber mucha certeza de los números que den las encuestas” “La mayoría de la sociedad estadunidense es hoy demócrata o pro demócrata”
¿Arriesga un pronóstico de quién va a ganar las elecciones del 8 de noviembre? ¿Hillary Clinton o Donald Trump? Considero que la mayoría de la sociedad estadunidense es hoy demócrata o pro demócrata y a menos que el Partido Republicano ofrezca un centro con posiciones moderadas, es de esperar un triunfo de Hillary Clinton ya que aún le falta mucho apoyo a Donald Trump para llegar a la Casa Blanca. m