Entre Montoneros
Notable ejercicio de investigación el de la periodista María O’Donnell, que trae a México El secuestro de los Born (Debate), un libro sobre el que todavía es eso, el secuestro más caro de la historia, el de los dos herederos de un imperio basado en la producción de grano que el 74 pagó 60 millones de dólares a los Montoneros, la primerísima entre las organizaciones guerrilleras de Argentina, una organización crecida en apoyo a Perón, enfrentada al gobierno de su viuda, Isabel, y destrozada con los métodos más atroces por el régimen militar que se adueñó del país el 76.
Notable ejercicio y sobre todo necesario, porque es hora ya de revisar lejos de la militancia la historia terrible de la América Latina de los 70, y Argentina es un buen territorio para empezar a hacerlo. Si los militares desataron una represión indescriptible, antes la Perón dio avisos de lo que venía: son los años de la Triple A, la organización paramilitar de ultraderecha, peronista, destinada a exterminar a los Montoneros, peronistas de izquierda, en lo que podríamos llamar una carnicería endogámica. Ese es el microclima en el que se produce el secuestro del título, que costó muchos meses de encierro a los hermanos y luego revolucionó durante muchos años y en muchos sitios a muchas personas, por la cacería del dinero que se desató, en una historia de espías en verdad adictiva que incluye a la guerrilla y los militares, sí, pero también banqueros, empresarios, civiles poco escrupulosos e incluso a Cuba —¿a quién se le ocurre confiar el dinero a Fidel?
Lo que ofrece la O’Donnell, como no queriendo la cosa, es un panorama entero de aquella Argentina, un país marcado por la confrontación salvaje entre dos formas de la pulsión autoritaria. Y es que si el retrato del último peronismo y de la dictadura que hace la autora es, como debe ser, implacable, la perspectiva que nos ofrece de los Montoneros, con esa suficiencia tan irritante, esa violencia desatada del que tiene tres ideas pero las tiene sin concesiones a la duda, con la fe milenarista del guerrillero, no es mucho mejor.
Un vislumbre de Argentina que ayuda a entender, decía, aquellos años de horror en todo el continente, marcados por la guerra sin cuartel entre aparatos represivos todopoderosos y organizaciones guerrilleras mucho más endebles, claro —las cuotas de responsabilidad son muy diferentes—, pero responsables también de la multiplicación de esa brutalidad que nace de la certeza.
Una crónica de nuestras miserias ideológicas. De nuestra idiotez. Eso es El secuestro de los Born. Y es mucho... m