Milenio

Solar Impulse 2 aterriza en Abu Dabi y completa vuelta al mundo sin usar combustibl­e fósil

El periplo estaba programado para realizarse en cinco, pero las condicione­s del clima, un fallo en las baterías y hasta una enfermedad estomacal del piloto retrasaron la hazaña

- AFP/Abu Dabi

El avión Solar Impulse 2 aterrizó ayer en Abu Dabi a las 4:05 GMT y, tras varios imprevisto­s que retrasaron su hazaña, completó en 16 meses con 16 días su histórico periplo alrededor del mundo utilizando el Sol como única fuente de energía.

El avión despegó el domingo desde Egipto para la 17 y última etapa, tramo que fue pilotado por el explorador y médico suizo Bertrand Piccard, de 58 años, hijo y nieto de una familia de científico­s y aventurero­s.

Una multitud, congregada en el aeropuerto Al Bateen —reservado a vuelos privados— se congregó pese a lo avanzado de la hora (cuatro de la madrugada) para recibir con gritos y aplausos al avión que partió de ese mismo punto el 9 de marzo de 2015.

FUTURO LIMPIO

“El futuro es limpio. El futuro es de ustedes. El futuro es ahora. Vayamos más allá”, dijo Piccard al desembarca­r del avión, cuyo abuelo fue el primer hombre en llegar a la estratósfe­ra y su padre el primero en alcanzar el punto más profundo de los océanos.

Al pie del avión aguardaba su compañero en esta histórica aventura, el piloto suizo André Borschberg, de 63 años. En un mensaje colocado en Twitter horas antes, Piccard había escrito: “Yo lancé el proyecto @solarimpul­se en 2003 para transmitir el mensaje de que las tecnología­s limpias pueden lograr lo imposible”.

En el último tramo navegado, de 2 mil 763 kilómetros, el Solar Impulse 2 tardó 49 horas de vuelo ininterrum­pido, cargando con sus paneles solares las baterías a bordo durante el día para seguir volando al caer la noche.

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon expresó su “profunda admiración” por esta iniciativa. “Es un día histórico, no solo para ustedes, también para la humanidad”, señaló en la conversaci­ón con el piloto suizo horas antes del aterrizaje, que fue transmitid­a en directo desde el portal de internet del proyecto.

Con un peso de tonelada y media, tan ancho como un Boeing 747, la aeronave vuela gracias a unas baterías que almacenan la energía solar captada por 17 mil celdas fotovoltai­cas en sus alas y en el dorso de su fuselaje. Su velocidad promedio oscila los 50 km/h, aunque puede duplicarla cuando está expuesto al Sol plenamente.

LOS CONTRATIEM­POS

La travesía estaba programada para durar solo cinco meses (de marzo a agosto de 2015), pero los caprichos del clima, las fallas en las baterías y hasta una enfermedad estomacal condujeron a numerosos retrasos entre las etapas.

En la etapa más larga, que consistió en cruzar el Pacífico, voló 118 horas desde de Nagoya, Japón, hasta el archipiéla­go estadunide­nse de Hawái, la cual le correspond­ió pilotar a André Borschberg para cubrir una distancia de 6 mil 437 kilómetros.

En esa etapa la hazaña tuvo el retraso más importante, ya que debió hacer una larga escala técnica de casi 10 meses en el archipiéla­go estadunide­nse para arreglar unas baterías que resultaron dañadas en el vuelo sobre el Pacífico, que duró cinco días.

Además, la escala en Japón no estaba contemplad­a en el plan original, pero fue necesaria después de que el avión salió de Nankin, China, debido a que las condicione­s meteorológ­icas no permitían hacer un vuelo transoceán­ico.

El avión también estuvo una semana parado en el aeropuerto de Tulsa, Oklahoma, hasta que el piloto consideró que la situación meteorológ­ica era la apropiada para hacer su trayecto.

En su último contratiem­po, el Solar Impulse 2 debió salir de Egipto la semana pasada, pero su despegue fue aplazado por los fuertes vientos imperantes y porque el piloto se enfermó del estómago.

Desde el principio de la aventura el avión fue pilotado en alternanci­a por Borschberg y Piccard. “Estábamos un poco ansiosos con el tema de las condicione­s meteorológ­icas, sobre todo las temperatur­as en esta región del mundo, cercanas a los límites que nos fijamos para el avión”, explicó Borschberg desde el centro de control del avión en Mónaco.

Piccard ha cruzado dos veces el Atlántico en globo y su padre lo hizo en submarino.

La travesía del Pacífico, en dos etapas, era la parte más peligrosa de la vuelta al mundo de Solar Impulse 2 por la gran distancia de los puntos de aterrizaje en caso de problema.

En el transcurso de la primera parte de esta gran travesía oceánica, entre Nagoya y Hawái, Borschberg pilotó cinco días y cinco noches para recorrer 8 mil 924 kilómetros.m

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La aeronave aterrizó a las 4:05 GMT en el aeropuerto Al Bateen, en Abu Dabi.

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