La música con agua entra, propuesta de Ana Gerhard
Cuando la pianista Ana Gerhard comenzó a desarrollar la serie Introducción a la música de concierto, uno de los retos fue conseguir elementos extramusicales que le permitieran contagiar el gusto por el género, sobre todo entre los más pequeños: primero se refirió a las aves y luego a los seres fantásticos.
Ahora aparece el más reciente título de la serie, publicado por Océano Traviesa, en el que el agua es protagonista del acercamiento lúdico que propone la autora. “Me parecía que para los niños uno de los problemas es no saber en qué poner atención cuando están escuchando la música, porque por lo general la música comercial tiene letra que pueden cantar, entender y hasta bailar, y en el caso de la música clásica sí deben estar tranquilos, callados y escuchando sonidos. Entonces me pareció que darles una ayuda con temas extramusicales podría ser una manera de ingresar al género; en el caso del agua, a través del ritmo, la repetición, la armonía, lo que nos está haciendo escuchar el agua”.
El volumen integra varias formas de aproximación, que van desde contar los diversos periodos y estilos de la historia de la música clásica, hasta la riqueza de la ópera, el ballet, la sinfonía, el concierto y la música de cámara. “El agua se prestaba muy bien para que hubiera variedad dentro de sus manifestaciones, porque por un lado está la gota y por el otro está la lluvia, la tormenta, el río, el manantial, la fuente o el mar”, cuenta Gerhard.
Al momento de comenzar a publicar la serie, la intención fue hacerla con tiento, a sabiendas de que el tema de la música clásica para niños no es algo que esté de moda ni es muy llamativo, pero la recepción ha sido tan positiva que, además de reimprimirse los primeros volúmenes, se han traducido al inglés, al francés, al chino y al coreano. “Lo que me gusta de estos libros es que tienen diferentes formas de entrarle: algunos lo harán por la ilustración, que les llama la atención, y porque además no es un libro que se tenga que empezar desde el principio: a lo mejor puede escuchar un día una obra y leer esa información. Pero lo más importante es entrarle sin prejuicios, algo que no existe en los niños”.
Desde la perspectiva de Gerhard, la divulgación de la música clásica entre los niños y los jóvenes no ha sido suficiente, pero hace falta eliminar ciertos prejuicios, “porque siempre creemos que es para gente más culta, gente mayor o rica, y no es el caso. “Lo más importante es que es una actividad para disfrutar con los papás, tanto desde los más pequeños hasta los más grandes, porque de otra manera sería infructuoso”, explica la autora. m