Aviación verde, lejana, pese a Solar impulse: expertos
La hazaña de Bertrand Piccard y André Broschberg, quienes lograron dar la vuelta al mundo en un avión propulsado por energía solar, permite soñar con aparatos por completo ecológicos y silenciosos, pero esta perspectiva se encuentra aún muy lejana, según los especialistas. “Muy pronto habrá pasajeros a bordo de aviones eléctricos que se recargarán en tierra”, pronosticó Piccard, reconociendo no obstante que habrá que esperar para contar con aviones solares.
Para llegar hasta ellos, habrá que superar numerosos desafíos tecnológicos: “La superficie de células (fotoeléctricas) necesaria para transportar a solamente dos humanos corresponde a la talla de un Airbus o de un Boeing, por lo tanto para un avión de línea es inconcebible”, dijo Vincent Jacques Le Seigneur, director del Observatorio de Energías Renovables. En cambio, sustuvo, “pueden imaginarse para mañana drones o pequeños aviones ultraligeros recargables en tierra con sistemas solares”.
La industria y la investigación aeronáutica trabajan desde hace tiempo sobre conceptos de aviones eléctricos, pero a una escala menos ambiciosa en cuanto al objetivo de franquear los primeros obstáculos que nos separan del avión completamente eléctrico.
Todavía se trata de naves que funcionan con energía eléctrica, entera o parcialmente, y no de aviones de línea o livianos que lo hagan con energía solar, como el Solar Impulse 2. El aparato de Piccard y Broschberg pesa una tonelada y media, pero tiene la envergadura de un Boeing 747.
Para concretar su hazaña, fue necesario dotarlo de unas 17 mil células fotovoltaicas sobre las alas.
Además de estar lejos de las condiciones de confort de un A320 o un 777, los aparatos de mediano y largo recorrido de Airbus y Boeing, capaces de transportar entre 150 y casi 400 pasajeros a lo largo de miles de kilómetros en algunas horas, éstos vuelan a una velocidad 10 veces superior al Solar Impulse 2.
Pero, si bien obedece a consideraciones medioambientales y permite comenzar a jalonar la aviación eléctrica, por ahora dispone de capacidades limitadas, señalan los especialistas.
Las grandes aeronáuticas trabajan en soluciones “incrementales” que permitan mejorar el desempeño de los aviones y reducir el consumo de combustible, y en consecuencia la huella de carbono. m